Érase una vez…
… un DOS (2) que despreció a un UNO (1).
Inmediatamente el otro 1 se sintió mal y
se fue a consolarle.
El dos se convirtió en un CERO enorme y se
echó a llorar
Los UNOS (1 + 1) llegaron al acuerdo de
que no se debe despreciar a nadie y también que debemos perdonar los errores.
Reconciliados todos ofrecieron al CERO que
se uniera a ellos.
Desde entonces, el 2 y el 1 son números
con una historia tan bonita que todavía siguen sumando UNOSSSSS. El CERO, cada
vez que llegan al límite les enseña un nuevo espacio donde todos caben.
Y colorín, colorado…
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