viernes, 6 de noviembre de 2015

RECORDANDO MIS CONVERSACIONES CON FRANCISCO CARRASQUER



Correspondencia en el 2008



Naturalmente que me encanta pensar contigo.

Dices: “El hombre es la medida de todas las cosas”. Estoy de acuerdo.

El hombre creó la idea de dios queriendo dibujar un mundo en el que no sobrara nadie. Por eso es buena esa definición.

El problema surge cuando “un hombre” quiere imponerse como “la medida de todas las cosas”. De esa simplificación nace el fascismo.

(Me gusta tu diferenciación entre fantasía e imaginación. La misma que hay entre simple y sencillo.)

Podríamos decir que Dios es un círculo cuyo centro está en todos y cada uno de los hombres.

Imaginemos:

Me imagino jugando con Dios. Si pusiera la carta “María” sobre el tablero y yo “no me tuviera”, perderíamos ambos. ¡Ay! Pero si estuviera en mi madurez conocerme. Al darle esa réplica no sólo ganaríamos dios y yo, sino que Apolo y Dionisos se mirarían equilibradoramente durante un eterno minuto. Kronos, con ese ritmo “endiablado” se encargaría de colocarnos a todos en el preciso lugar para que nadie se perdiera ese espectáculo.

Visto lo cual todo el mundo querría jugar. ¿…?

Ya entiendo.

Kronos únicamente devora a quienes pretenden apropiarse de lo que no es suyo queriendo ser minuteros en un reloj que no les pertenece. Pero su generosidad no tiene límites para subvencionar con todo el tiempo del mundo a quien justamente le reclama el suyo para ser, durante un minuto, actor principal en el espectáculo de la vida.

Mañana seguimos hablando, también de Espinoza.

Un abrazo.



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