Felicidades, amiga, y 20 entrañables abrazos
Observa esa guerra anímica. Te cuento un sueño que tuve el otro día:
"Sentado, junto a una mesa en la que reposan algunos objetos personales, un soldado vestido de uniforme y cobijado bajo una tienda de campaña, me mira. Su mirada espera encontrarse con la mía".
Imagina que luchamos por no perder territorio y nos atrincheramos para impedir que pase el enemigo. Como llamamos enemigo a lo desconocido y lo que conocemos inicialmente tuvo ese apellido, solo habrá una manera de ganar la paz: No haciendo la guerra. Este armisticio permitirá que la vida entre plena en nosotros.
La personalidad se construye a partir del interés, de la curiosidad por descubrir qué hay de nosotros en lo que los otros nos proponen.
¡Qué vital es conversar!
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¡Hola Maria!
ResponderEliminarYa de vuelta me gusta entrar en tu casita para visitarte, ufff cuantas cosas nuevas tendré que que tomarme mi tiempo para poder asimilar tanto.
Espero verte muy pronto.
Un beso muy fuete.
Gracias, Eva, por tu hospitalidad.
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