Fíjate como Xavier Lete me deja pasear en euskera por aquella etapa en la que pedíamos libertad para expresarnos y en este nuevo ciclo, al recordarlo, mi emoción reivindica su derecho a manifestarse.
Mira Leona este recuerdo. Yo tenía una amiga (la tengo) que una de sus actividades preferidas era mirar. Le gustaba como expresaba Monalisa y también la seriedad de su hijo Miguel.
Miguel era un niño que adoraba a los lobos y no le perdonaba a Caperucita haberle obligado a ser el malo, en un cuento que él no podía tragar.
Se me ocurrió inventarme una historia en la que una corderilla se comía a dos de los tres lobos de Fortanete y el tercero se salvó porque supo afrontar la situación.
Miguel era un niño que adoraba a los lobos y no le perdonaba a Caperucita haberle obligado a ser el malo, en un cuento que él no podía tragar.
Se me ocurrió inventarme una historia en la que una corderilla se comía a dos de los tres lobos de Fortanete y el tercero se salvó porque supo afrontar la situación.
A Miguel le gustó y otra niña, María (la hija de una amiga) me hizo unos estupendos dibujos que enriquecieron el relato.
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Creo que no le he felicitado el año y eso es imperdonable. ¡Feliz 2012! Le deseo lo mejor en este nuevo año que apenas hemos comenzado. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarDavid Lorenzo Cardiel
Gracias por su amabilidad. El buen deseo es recíproco y el abrazo también.
ResponderEliminarMaría
¿Y por qué habría una corderilla de comerse a un lobo? Los animales no son tan tozudos ni están tan perdidos como los humanos... más educativo y bueno con los lobos habría sido sugerir que lobos y corderos serían amigos un día... hermosos dibujos habrían surgido de ese cuento, y una gran bondad se habría despertado en los corazones de esos chiquillos. Caperucita no es el mejor de los cuentos, pero hacer el mismo cuento al revés no tiene tanto mérito como queramos decir que tiene. Hay que pensar con el corazón divino que nos han dado, para dar lo mejor de nosotros mismos... especialmente con los niños. ¿No te parece?
ResponderEliminarLupe
Para mí, los cuentos, han sido una fuente de energía en mi niñez. Me han enseñado que la vida no es un cuento, sino una hermosa realidad.
ResponderEliminarMaría