Este es el blog de una historia que arranca con un libro. Es un libro lleno de palabras que se enlazan por la belleza de quien las contempla. Sigue leyendo ...
Dinero, ese bien imprescindible para cada uno de nosotros, hasta tal punto que maneja y es el dueño del mundo. No seamos ingenuos, sin él no se puede vivir, pero solo es necesario en la justa medida que puede satisfacer las necesidades básicas del individuo. Esas necesidades básicas que para la mayoría son el alimento, el vestuario, la educación; pero que para otros se ha convertido en un objetivo que les impulsa a manejar los hilos del mundo y de las vidas de otros seres humanos Trabajemos, con suerte, para conseguirlo, y con ello conseguir nuestras necesidades básicas. Pero no perdamos de vista que satisfechas estas, hemos de mirar alto y lejos para satisfacer las espirituales y ello lo logramos simplemente mirando la línea del horizonte en un amanecer o a la puesta del sol, donde veremos el astro sol o las primeras estrellas que cuajan nuestro cielo. Están ahí aunque nos olvidemos de ellas.
Dinero, ese bien imprescindible para cada uno de nosotros, hasta tal punto que maneja y es el dueño del mundo.
ResponderEliminarNo seamos ingenuos, sin él no se puede vivir, pero solo es necesario en la justa medida que puede satisfacer las necesidades básicas del individuo. Esas necesidades básicas que para la mayoría son el alimento, el vestuario, la educación; pero que para otros se ha convertido en un objetivo que les impulsa a manejar los hilos del mundo y de las vidas de otros seres humanos
Trabajemos, con suerte, para conseguirlo, y con ello conseguir nuestras necesidades básicas. Pero no perdamos de vista que satisfechas estas, hemos de mirar alto y lejos para satisfacer las espirituales y ello lo logramos simplemente mirando la línea del horizonte en un amanecer o a la puesta del sol, donde veremos el astro sol o las primeras estrellas que cuajan nuestro cielo.
Están ahí aunque nos olvidemos de ellas.
Xera
Gracias por leerme. Así te leo.
ResponderEliminarUn abrazo
María