miércoles, 29 de noviembre de 2023

LEALTAD O DINERO (EN EL 2011)




Oigo indignada que la sociedad tiene que “recuperar la confianza de los mercados ”.

Es como si te roban a punta de pistola y en comisaría, los policías, te exigieran depositar la cantidad sustraída por el ladrón para dar curso a la denuncia.



Me calmo un poco leyendo a personas sensatas:


Gil Calvo recurre a unos de sus libros favoritos, "Salida, voz y lealtad", de Albert Hirschman, para explicar qué mecanismos tiene una sociedad para superar la depresión colectiva que vivimos y que amenaza con prolongarse durante 2012.
El primer mecanismo sería la salida. Se trata de huir, de desertar, del "sálvese quien pueda". Por ejemplo, los votantes del PSOE que le han abandonado en las últimas elecciones. O los capitales que se refugian en Suiza y demás paraísos fiscales, las industrias que mudan su producción a países con mano de obra barata o los universitarios españoles sin trabajo que ahora emigran a Inglaterra o Alemania.El segundo mecanismo posible es levantar la voz en señal de protesta. Los ejemplos más claros han sido los Indignados del 15-M, la llamada Primavera Árabe, Occupy Wall Street... A veces logran cambios importantes, sin embargo en otras ocasiones se quedan en meros gestos mediáticos sin capacidad de transformación.
Pero hay una tercera vía que es la lealtad. Consiste en aguantar y quedarnos al pie del cañón para arrimar el hombro, contribuyendo con el propio esfuerzo a que la situación mejore para todos."No hay que olvidar que todos navegamos en el mismo barco"
Esta opción de la lealtad se basa, desde luego, en el espíritu de sacrificio. Pero también en la confianza, en la innovación y la creatividad como principales palancas impulsoras.
Se trata de asimilar el esfuerzo como algo positivo. En lo personal, es la estrategia de la hormiga trabajadora: sacrificarse hoy para acumular beneficios el día de mañana. Y en lo colectivo, debemos verlo como un ahorro forzoso hoy que se invertirá productivamente en el futuro. Eso sí, se ha de exigir el esfuerzo a toda la sociedad, pues como Enrique Gil Calvo nos recuerda: "todos navegamos en el mismo barco".


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