viernes, 22 de septiembre de 2023

HOSTILIDADES NEUTRALIZADAS






No podía entender que mi abuela hiciera trampas jugando a las cartas y me enfadaba.

Los enfados infantiles llevan incorporado un elemento teatral indispensable para el aprendizaje de los códigos adultos y aunque me prometía no volver a jugar con Teresa, siempre acababa accediendo a una nueva partida.

Años más tarde volví a experimentar esa falta de generosidad de quien no soporta la soledad del segundo puesto.

Este ejercicio de pasear por un paisaje hostil descubría mis hostilidades y conseguí acercarme a ellas.

Resultó que a “ellas” la soledad les asustaba y esa era la razón de ponerse en guardia.

                 Dejaron de ser impertinentes al sentirse acompañadas.


                 Gracias, abuela. 




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