miércoles, 25 de febrero de 2015

MI MANO


A Eugenio



MI MANO

Miro de reojo mi mano.
Algo hizo que llamó tu atención.
Dejaste de mirarme a mi para mirarla a ella
y, además, darle un beso.

Interrumpí el discurso,
no porque no pudiera seguir sin el apoyo que los gestos suponen.
Callé por no encontrar tus ojos.

La miro preguntando qué hizo,
de qué elegancia hablaba capaz de interesarte tanto
y no sabe expresarlo.

La entiendo.
Le pasa lo que a mí si falta tu mirada.




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