sábado, 6 de enero de 2024

RECORDANDO MIS CONVERSACIONES CON FRANCISCO CARRASQUER en el 2008

















Zaragoza, marzo 2007


Querido Francisco Carrasquer, espero que al recibo de ésta se encuentre bien. ¿Se acuerda? Así empezábamos las cartas no hace tantos años.

Mucho han cambiado algunas cosas, esas que no echan raíces y su obligación es cambiar. Otras permanecen igual, aunque vayan creciendo. Las buenas ideas, en el sentido Machadiano, han prendido con fuerza en las nuevas generaciones y aunque hay una larga lista de injusticias que concienciar ya se ve natural incorporar a lo cotidiano los derechos humanos. Ello gracias a hombres como usted.

El 25 de marzo pasado en Fraga, en el Día Internacional de la Poesía, fuimos muchos los que nos reunimos alrededor de su figura. Ángela Ibáñez, además de admirarle, le quiere y nos habló fundamentalmente de su dimensión humana. No sabe cuánto me hubiese gustado “alucinar en colores” como sus alumnos, cuando les explicaba las experiencias colectivizadoras en Aragón.

Le agradezco que sea como es, porque no es fácil asumir en primera persona el aspecto trágico de la vida. Participar en ese diálogo imposible entre blanco y negro es heroico y ofrecer, como punto de equilibrio, el hogar de un buen corazón como el suyo, imprescindible.

Beltor Brecht hablaba de los hombres imprescindibles, aquellos que luchan durante toda la vida. Dicho de otra manera, aquellos que no pierden la fe en el ser humano y son, por ello, puntos de referencia de la humanidad.

Para participar en su homenaje elegí estos textos que le acompaño. Naturalmente no pude leerlos todos ya que, como le he contado, fuimos muchos y repartimos solidariamente el tiempo.

Espero tener el placer de conocerle personalmente.

Admirado Francisco, desde esa vitalidad reciba un entrañable abrazo.

María Bernad




 

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