Mayo-98
Mi querida Danae. ¡Qué edad tan preciosa la tuya! ¡Qué maravilloso el misterio de la adolescencia! ¡Qué perfección de sentimientos!
La madurez no es otra cosa que hilar toda esa vivencia que el destino amorosamente arroja sobre nosotros de forma tan inesperada.
En poco tiempo los chicos se han vuelto "casi" imprescindibles (dentro de poco sobrará ese "casi") y esto supone unas vivencias tan sorprendentes que necesitan toda nuestra atención. Se convierten en lo único importante. Y esta novedad sólo puede entenderla alguien que esté viviendo lo mismo, o sea, tus amigas y amigos.
Para ti es un mundo nuevo. Para tus padres, esta nueva relación contigo, también. Aquí viene el conflicto. Tú quieres, necesitas, ocuparte de tu felicidad y ellos quieren evitarte errores y sufrimientos por los que en su adolescencia pasaron. Es una pieza que hay que saber bailar.
Tienes el derecho a exigir tu espacio y la obligación de entender por qué a veces te lo invaden. Los dos "bandos", tú y tus padres, tenéis el mismo objetivo. Tu felicidad. La victoria está garantizada porque todo se desarrolla entre amigos. (Ellos son, y nosotros damos fe de ello, unos excelentes amigos).
Una última reflexión. Cuando hablamos de felicidad no quiere decirse que no haya sufrimiento, sino que en nuestra madurez ya está contemplado el tiempo necesario para superarlo.
Un cariñosísimo abrazo.
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Querida María: acabo de entrar en tu Blog y me encuentro con esta carta.¡Qué emoción he sentido!. 15 años tenía Danae cuando se la escribiste. Ahora diez más. Está en una esplendorosa madurez. Brilla con luz propia allá por donde camina y me temo que algo de mis genes esta aflorando en ella. Se preocupa demasiado por sus padres.
ResponderEliminarEs mi reina, mi tesoro, es suya, libre y directa en sus planteamientos.
Adoro haber amado y amar todavía, solamente porque ella y él existen, son....
Siempre me emocionas, querida amiga.
ResponderEliminarGracias María, simplemente gracias...
ResponderEliminarTe quiero mama.
Hoy vuelvo a encontrarme tu carta... Ayer reia y explicaba a mi AMIGO, todas mis andanzas y el hormigueo de esas primeras ilusiones , de los primeros desamores, de las tonterias (tan divertidas)que se hacian para llamar la atencion de "ellos" los chicos! jajaja. Y es verdad que fui sorda en muchos momentos, pero tenia que serlo! No habia otra manera de pasar por todas esas situaciones tan divertidas, expontaneas, absurdas, tiernas y tristes que estaba viviendo!!
ResponderEliminarMis padres me cuidaban y yo queria pasar por eso sola. Y me enfadaba, pataleba, retaba sus normas... pero que sabios eran!!
Realmente no me arrepiento de no haberles hecho caso en muchas ocasiones, ya que no hubiera vivido todas las experiencias que ahora me hacen sonreir y poder compartir tan sanamente!! Hubieran sido otras, no sé si mejores o peores... pero las mias son muy divertidas y para mi... de pelicula!! jajajaja
Seguramente, dentro de unos años yo pasaré por lo mismo que ellos y haré lo mismo que hicieron ellos... dar una base bien solida donde pueda crecer un fuerte arbol, lleno de flores de colores y que pueda pasar por todas las estaciones: Primavera, Verano, Otoño e Invierno... y volver a empezar. Que aguante lluvia, cierzo, heladas; y despues, cuando vuelva a llegar la Primavera, muestre todo su esplandor recargue las pilas en su Verano y este preparado para lo que tenga que venir despues, entonando su cancion de esperanza y de fuerza para que sus sueños se hagan realidad.
Mereció la pena pasar por todo ello, mis padres, mi niño blanco y yo.
Gracias, otra vez Maria, por tu contribución en mi y por tus cuentos!!
Gracias Mama y Papa por vuestras raices.
ResponderEliminarQueridísima amiga. Los frutos están ahí. A tu lado un AMIGO. ¡Me ha emocionado esa definición!
Querida Danae, la amistad no deja de sorprender nunca.
Un doble abrazo.
María