lunes, 4 de julio de 2016

LABERINTO EN EL AÑO 1985









"¡Amada mujer!"
Sintiéndome llamada entro en tu casa, pero tu voz se trenza en el aire.
"¡Eterna mía!"
Creyéndome nombrada te me ofrezco, pero tus brazos ciñen el paisaje.
 
"¡Urna donde dios está dormido"!
Sólo por un instante he sido la dueña de tu mirada.
 ¡No se puede sonreír así!
 
Una voz firme, vitalmente provocadora, me increpa: 
¿Qué haces aquí? ¡Vete!

Y me voy de ti.
Desde el centro de mi corazón alguien llama:
 ¡María!
Y me voy de ti a Mí, despacito, para no despertar a tu alma dormida.
 

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