domingo, 11 de abril de 2021

EL ANCIANO DE ANERO (Cantabria)




Darío me contó muchas veces la historia del "anciano de Anero", un hombre feliz que, en una acogedora paz, vivía sus días sentado al sol.

Tan solo una idea le inquietaba: la muerte.

Los dioses le regalaron suspender esa cita hasta que él quisiera y al día siguiente se suicidó en generosa reciprocidad.

Entendí perfectamente su reacción.

No quiso hurtar lo único que la divinidad mendiga del ser humano: Nos pide ocupar por un instante nuestro lugar. Ese centro del hombre "sentado al sol" para escuchar en directo la historia de cada uno de nosotros.

Guardarles el sitio a los dioses, es un instante divino que todos, sin excepción, tenemos reservado.



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