miércoles, 22 de febrero de 2023

RECUERDOS DE PASADOS ENCUENTROS TANGUEROS - BEIRE 2001











Empezando bien el día, las posibilidades de que transcurra felizmente aumentan en proporción al número de personas que desayunan juntas. Un desayuno compartido es capaz de sustituir cualquier nublado individualista por la capacidad de comprender al otro y si, además, este ejercicio se extiende a comida y cena, la armonía es total. Esto es lo que ocurrió en el viaje a Beire.

A través de "Agata" de Bilbao, el Ayuntamiento de Beire nos invitó a participar en la celebración de su semana cultural el pasado domingo 26 de agosto. Esta localidad fue punto de encuentro para alguno de los desplazados a Tarbes y los socios que, desde Zaragoza, viajaron a este hermoso rincón de Navarra. Bilbao y San Sebastián estuvieron excelentemente representados.

La hospitalidad de quienes organizaron este encuentro, merece una doble carta de agradecimiento. A la Asociación Agata como tal y al Ayuntamiento personalizado en su Concejala de Cultura.

Olite, a tres kilómetros de nuestro destino, transformó su calle principal en mercadillo del medievo. Con tal puesta en escena nos rendimos a la curiosidad de recorrer su Castillo y en ello se nos fue parte de la mañana subiendo y bajando escaleras, o abriendo y cerrando las puertas de una imaginación que nos llevaba a otra época muy bien superada.

El calor, la sed y la distancia del desayuno, aconsejaba un vermut que no pudo ser porque nos esperaba una excelente comida a hora fija. Mereció la pena esta puntualidad y dimos buena cuenta de cuanto nos ofrecieron. La cordialidad era tal que hasta siesta hubo para aquellos que tienen programado, con esta secuencia, su reloj biológico.

Restaurada nuestra personalidad tanguera, bailamos, que era para lo que íbamos y gustó. Salvo un grupo incondicional de espectadores que nos acompañaron durante la hora y media de exhibición, el público iba cambiando de fisonomía (aunque no de número), como corresponde a un día festivo en el que hay multitud de cosas por disfrutar.

El número 10 tiene, entre otros muchos, un sobresaliente significado. Está formado por el "cero" o punto de partida y el uno que representa a todos y cada uno de los que compartieron una entrañable jornada.

Dejamos la promesa de estar a la recíproca, aunque el listón estuviera colocado tan alto como para obligarnos a encontrar esa puerta que a veces se nos cierra por error. La de la imaginación, teniendo en cuenta que sólo ella puede desvelarnos dónde está su llave.

Y para darnos pistas, terminamos el día en Casetas. Como empezamos. En una terraza al aire libre. Allí, además de algunos bocadillos, incorporamos lo mejor de cada uno de nosotros, en nosotros mismos.

Habrá una próxima vez para aquellos que hayan sentido una sana envidia.






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