jueves, 30 de marzo de 2023

¿POR QUÉ NOS ENFADAMOS?






(Dibujo de Julia Corcuera)


Enfadarse es infantil
Siendo infantiles perdemos de vista (aunque solo sea por un momento) a ese "niño" que llevamos dentro.
No ver es estar ciego.
Ciegos nos "vemos" desvalidos y protestamos por ese abandono
Pedimos una luz y mil caras responden, con gesto de sorpresa ¿A quién?
Nos vemos sorprendidos. Si lo supiéramos ya seríamos lúcidos, ordenaríamos el mosaico de espacios que es la vida y tendríamos respuestas en lugar de este jeroglífico.
Desenfadémonos. A primera vista es simple y como para el esfuerzo de mirar dos veces no estamos preparados, se nos complica todo.
No importa. El tiempo es generoso.
Solo reconociendo que “el otro” está sujeto a lo inevitable, tendremos el valor de mirarnos nosotros. Nos veremos “derechos” porque aquellos “renglones torcidos” estaban esperando nuestro impulso.
Esa caricia de la conciencia levantará la mano del destino.
Al dueño de ese dedo habrá que darle un beso por jugar con nosotros a ser de nuevo niños.
¡Qué sencillo!




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