Este es el blog de una historia que arranca con un libro. Es un libro lleno de palabras que se enlazan por la belleza de quien las contempla. Sigue leyendo ...
Azabache y oro en una montura parda. El marrón profundizado por la ausencia e iluminado por la luz de su propia luz. Así eran sus ojos. Azabache y oro.
Cuando una voz, aparentemente dura e indisimuladamente tierna, le decía: ¡carbonerilla!, unas gotas de alguna oculta pena, los bañaba.
Cuando los mira un niño, por su diamantina sonrisa, se diría que estuviese viendo a Platero.
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