No podemos cambiar el ritmo de la vida, pero sí rectificar el nuestro según la partitura con la que pretendemos dirigir a los demás.
Emociona recordar que fuimos felices y vivimos, también, momentos dolorosos. Pero el mejor recuerdo, como decía Emerson, es que “cada día es el mejor del año” y lo es, porque contiene todas las vivencias pasadas “actualizadas”.
Este abrazo al presente aporta claridad.
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Y como dice mi suegro José Luis: "Con tantos años como tengo y todavía no he vivido ningún mañana. Todos los días han sido hoy."
ResponderEliminarLa vida es así de sorprendente. El hoy añora no haber conocido a todas y cada una de esas excelentes personas que llenan de contenido el presente.
ResponderEliminarFelicidades por tener un suegro así y saber apreciarlo.