sábado, 27 de abril de 2019

MOISÉS




Moisés no entró en la tierra prometida por falta de fe.

Siempre me pareció que a ti te ocurría lo mismo. No entrabas en ti por falta de fe en dios, es decir, en ti.

Pero ocurre que de esta visión, la mía, hay que descontar lo que te pertenece a ti, tu tiempo. Ese espacio que la vida nos tiene reservado a todos y cada uno y al que solo su propietario tiene acceso.

Por eso somos invulnerables. Estamos blindados para solo ser como somos. Es la única manera de que los demás se reconozcan y no nos carguen sus proyecciones.

Cualquier dogma moral es la fantasía de una responsabilidad pendiente de asumir, un escapismo de los aspectos negativos que todavía no están en condiciones de presentársenos como propios y se ocultan en el espejo de los demás.

Sobre ti solo tú tienes la última palabra. Como todo el mundo.

Por eso podemos ser.

Y como tú dices: "Ser bueno es ser".


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