Asisto como espectadora
privilegiada al VII Maratón de Zaragoza. Se me ocurre definir tres etapas distintas en este largo recorrido.
Primera.- Los preparativos para ser corredor de fondo. Las dudas, seguridades y vacilaciones, tal
cual nos pasa cuando nacemos y estamos protegidos por aquellos que saben de qué
va. Es interesante verse rodeado de la familia, los amigos, los lugares
comunes. Tomar nota de aquellos que tienen más experiencia. Entrenarnos.
Segunda.- Un largo trecho lleno de razones para seguir
adelante. No falta el avituallamiento y los ánimos de quienes son testigos en
este reto compartido. Llegada al “Rubicón”.
Tercera.- La más difícil. Estamos solos y tenemos que
decidir si seguir adelante sabiendo que al final quien decide de verdad es
nuestra naturaleza y que en cualquier momento puede “desplomarnos”.
No estuve presencialmente en esta
carrera. Lo hice a través de la crónica que un compañero tuvo la amabilidad de
compartir conmigo. Recorrí todas las líneas como si yo también hubiese estado
corriendo. Le agradecí a Ángel (en esos momentos “su ángel) que le acompañara
solidariamente en esos difíciles momentos. Me emocionó pensar en la emoción de su mujer y su hijo y el orgullo que él experimentó por haber llegado primero
a su cariño.
Merecieron la pena los
madrugones, las dudas, los dolores… porque lo importante no es ganar sino
participar.
¿Queremos ganar a toda costa o
que gane el mejor?
Si gana el mejor nos representa a
todos y todos ganamos con él.
La otra opción ya la conocemos y
no merece estar en esta crónica.
Me gusta especialmente esta frase:
ResponderEliminar"Si gana el mejor nos representa a todos y todos ganamos con él"
Esperemos que el ganador sea capaz de representar adecuadamente a todos.
Para los que no han ganado puede resultar duro reconocer que el ganador era mejor, pero tienen que aceptarlo.
Eugenio
En la vida, la competición es permanente. El auténtico campeón es aquél que es capaz de reconocerse tanto en la victoria como en la derrota.
ResponderEliminarSentirse bien ganando es fácil. El mejor es capaz de demostrar que lo es en cualquier circunstancia.
Empatía, es la clave.
Un beso
María