domingo, 3 de marzo de 2024

CONVERSACIONES CON ANTONIO G. OLIVARES - (4)

 
 
 
 
Seguimos leyendo…
Una presentación casi fugaz a mediados del 2001 y unos meses más tarde parecía que siempre hubiésemos conversado.
Enero 2002
Antonio García Olivares (4)
…De ahí, yo creo, que tu libro sea de interés universal, y no sólo una experiencia particular que sólo alguien como la autora ha tenido la suerte de recibir de la fortuna y que no es extrapolable…
Pareces concebir el amor como dos libertades que se cruzan y deciden crear una nueva libertad ("El cruce", "La espera", "El boleo", "El ocho", "Los ganchos"), llegando a sospechar de esa libertad si es excesivamente mimética, como en "El espejo", ¿no? Esa libertad, me da la impresión, va unida en algunos poemas al silencio. Esto a un chino (ya sea taoísta, budista o confuciano) no le parecería nada extraño, pues como dicen muchos de sus poetas: "sólo en el silencio están todas las palabras", esto es, están todas las posibilidades contenidas en potencia, y se está en consecuencia en situación de máxima libertad; mientras que la frase pronunciada o la decisión tomada, restringen la libertad primordial en la que, simplemente, se vive en armonía con el fluir de las cosas. Hay un bonito libro de un sinólogo famoso ("Elogio de la insipidez") que habla de este concepto oriental.
La poesía "La multitud" es hermosísima y de una elegancia para la que no tengo palabras. Su estilo me resulta especialmente afín. "El reproche" y "Un enamorado" también me resultan especialmente hermosas. Al igual que "El destino". En efecto, ¿qué se puede hacer sino callar: "El destino es quien habla"! Poderosa imagen. Y también las dos poesías finales: "El final" y "La despedida": ¡Qué hermosa forma de cerrar un libro de poesía!
En respuesta (traviesamente polémica) a "Los ganchos enlazados", yo diría que en esa desorientación peligrosa es donde, a veces y en situación de absoluta embriaguez, Dionisos ha señalado a algunos humanos escogidos, mundos nuevos, mientras Apolo continuaba limitándose a adornar con guirnaldas las rectas columnas del canon de la archiadmirada Acrópolis. De ahí que esa sonrisa de Dionisos yo creo que era irónica, en contra de lo que tu piensas.
… (continuará)
…Hay una obra preciosa de Bruno Bettelheim sobre este tema..
¡¡Sí!! es irónica la sonrisa de Dionisos, pero breve. Lo justo para no romper la inocencia.
Los ganchos enlazados

Entras en mi terreno.
¡qué atrevido!
Y yo te sigo el juego
¡ay, qué ingenuo!
Nuestro paso se enlaza
¡y no te suelto!
Y tú te desorientas
¡qué peligro!
Apolo que te escucha
viene presto
y con audacia muestra
tu camino
Lo sigues,
y atrás dejas sonriendo a Dionisos
… (continuará)

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