jueves, 6 de diciembre de 2018

¿POR QUÉ NOS ENFADAMOS?










Enfadarse es infantil y siéndolo perderemos de vista (aunque solo sea por un momento) a ese "niño" que llevamos dentro.

"Ciegos" nos "vemos" desvalidos y protestamos como niños abandonados.

La vida es un hermoso jeroglífico, un mosaico de espacios, donde se nos ofrece jugar a encontrarnos.

A primera vista es simple y como para el esfuerzo de mirar dos veces no estamos preparados, se nos complica todo.

No importa. El tiempo es generoso.

Si hacemos como Baubo a Démeter, o sea, conseguimos que Cronos se ría con nosotros, dejará que "pasemos" de él y solo entonces resultará evidente que aquellos renglones sólo estaban torcidos antes de contemplarlos.

 Esa caricia de la conciencia levantará la mano del destino. Al dueño de ese dedo habrá que darle un beso por jugar con nosotros a ser de nuevo niños.


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