(Fotografía Manuel Muñoz Farriols)
LOS ORÍGENES
SOCIALES DEL TANGO
Antonio García-Olivares R.
CSIC
Me
parece imprescindible, en un lugar como la Escuela de Estudios Sociales, el
comentar, aunque sea brevemente, algo sobre el origen histórico y social de
esta música y esta danza que es el tango.
La danza.
Desde
el punto de vista del baile, el tango es lo que se llama una danza enlazada, esto es, una danza que
se baila sin romper nunca el enlace con la pareja, enlace que en el caso del
tango toma la forma de un abrzo muy característico. Sin embargo, el tango se
diferencia de otras danzas enlazadas existentes, como aquellas que se conocen
con el nombre de bailes de salón, en
varias cosas importantes:
-Es
la danza más libre de todas: A diferencia de los bailes de salón, en los que
los movimientos a realizar son conocidos con antelación, la danza del tango es
esencialmente improvisada y no coreografiada.
-La
chica no sabe lo que el chico le va a proponer en el momento siguiente, de modo
que el baile se guía por las señales que él le envía a ella y ella le devuelve.
Por tanto, la comunicación en la pareja es un aspecto fundamental.
-Tiene
un número de movimientos o "figuras" mucho más alto que cualquier
otro baile enlazado. Esto deriva de esa libertad que tiene respecto de las
limitaciones coreográficas, que ha permitido que el tango explore prácticamente
todas las posibilidades de movimiento que tiene un cuerpo humano cuando quiere
danzar sincronizadamente junto con otro. En este sentido, podemos decir que el
tango constituye la culminación de los bailes enlazados, al menos por el
momento.
-Por
este motivo, tiene unas posibilidades expresivas enormes, que permite que,
mientras baila, cada uno interprete la música, exprese sus propios sentimientos
o incluso su carácter, de una manera muy personal. De manera que cuando dos
parejas distintas bailan el mismo tango, no se parece en nada lo que hacen unos
y otros.
-Algunos
prefieren un estilo caminado y lento, con muchas paradas; otros, un estilo más
pivotado y parecido a la danza contemporánea; a otros les va la exhibición y
eligen las figuras más espectaculares. Uno se puede dedicar a bailar para su
pareja, mientras que otro baila más para el público, etc. Hay muchas
posibilidades. Se podría decir que tantas como temperamentos.
-Además,
la manera que uno tiene de interpretar un tango concreto no tiene porque ser
siempre igual, sino que varía según el estado de ánimo del momento, por lo que
uno nunca baila de la misma manera un mismo tango.
Las letras de
los tangos.
Desde
el punto de vista de las letras, los tangos que son cantados constituyen una
auténtica filosofía para la vida. Son letras enormemente vigorosas y a la vez
muy poéticas, donde encontramos un auténtico tesoro de:
-recuerdos,
-vivencias,
-reflexiones valiosas sobre la vida,
-actitudes a tomar ante ella y
-también consejos para los
temperamentos más diversos sobre cómo
tomarse la vida.
Al
que no les ha prestado atención nunca, le sorprende ver la riqueza filosófica
que tienen las letras. A aquellos que no tengan paciencia para leer libros de
filosofía, yo les recomendaría que se leyesen las letras de los tangos, porque
puede ser una alternativa prácticamente equivalente.
¿De
qué nos hablan estas letras?
Hay
que tener en cuenta que los tangos proceden de grupos humanos puestos muchos de
ellos en situación casi de supervivencia física, (en las orillas del Río de la
Plata). Por ello nos hablan sobre todo de la dureza de la vida y de cómo
hacerle frente (a esa dureza).
Y
eso es lo que hace universal al tango, porque el sufrimiento, la soledad, la
impotencia o el tedio, no son problemas sólo de emigrantes, sino fenómenos
universales en la civilización moderna: “El
embalurde del cuchifai
(Lunfardo), o sea la confusión del pobre diablo, es lo mismo que el hombre de
la calle siente cada dos por tres en el mundo moderno y lo mismo que han
analizado filósofos como Scopenhauer, Nietzsche y Heidegger, en densos libros.
Además,
en las letras, los contenidos son proclamados de una forma extremadamente
condensada y desgarrada, que le es muy peculiar. Decía Gómez de la Serna, un
gran investigador del tango:“(Lo que
caracteriza al tango es) esa subyugante
brevedad de las letras ... ese estilo telegráfico para decir cosas al corazón
... (esa) fugacidad para ser más verdaderas.”
Muhas
letras tienen efectivamente una enorme fuerza.
Una Breve
Historia.
Entrando
ya en los orígenes históricos y sociales, es importante decir que el tango es
uno de esos productos sorprendentes que surge a veces cuando se encuentran en
un mismo lugar grupos sociales procedentes de distintos países y culturas y se
fertilizan mutuamente.
Ahora
que está de moda entre alguna gente ver sólo los aspectos negativos que tiene
la inmigración, habría que decir que ni el soul, ni el jazz, ni el rock, ni el flamenco,
ni la samba, ni el tango, habrían existido sin esa fertilización entre culturas
distintas. Gente distinta que se encontraron en un mismo sitio porque fueron
llevados a la fuerza o porque vinieron llevados por la necesidad o por
distintos motivos.
Por
poner el ejemplo del tango:
-sus figuras más espectaculares
vienen del candombé de los esclavos africanos en los carnavales;
-su melodía y su compás viene de las
habaneras que cantaban los marineros negros que venían de Cuba;
-la forma enlazada de bailar viene
de los bailes de salón llevados a América por los emigrantes europeos;
-los movimientos pivotados, de la
danza clásica europea;
-y las letras, de la experiencia
vital de esa mezcla de gauchos, negros y europeos y sus descendientes, que
tuvieron que sobrevivir como pudieron en los arrabales de Buenos Aires durante
décadas.
Por
consiguiente, se trata de un auténtico fenómeno de fusión intercultural, hijo
de la inmigración.
Para
entender cómo se formó esa enorme masa de emigrantes distintos en el Rio de la
Plata, hay que tener en cuenta que a finales del XIX Argentina estaba situada
entre los diez países económicamente más prometedores del mundo, y compartía
con EEUU el liderazgo como país receptor de inmigrantes. Muchos de estos inmigrantes
llegaban con la esperanza de hacerse ricos en América,
para volver a continuación "indianos" a sus pueblos de origen.
La
inmigración fue fomentada inicialmente por los primeros gobiernos liberales, y
fue efectivamente masiva: tanto que la población de Buenos Aires pasó de un 9%
de extranjeros en 1857 a más del 50% en 1887. Sobre un total de 33.804 casas,
existían 2.835 conventillos, antiguos
caserones coloniales en los que se alojaba el 28% de la población. Esas casas
aparecen en muchos tangos. En ellas los inmigrantes convivieron con ex-esclavos
negros y con los compadres,
generalmente ex-soldados y gauchos pobres llegados a la ciudad en busca de
trabajo.
Gran
parte de las ambiciones de esta mezcla de gentes se fueron viendo
paulatinamente frustradas en las décadas siguientes, pues mientras EEUU
continuaba su ascenso económico, Argentina en cambio no despegaba nunca. No
sólo no se hacían ricos, sino que algunos vivían peor que en sus pueblos de
origen. De ahí ese aire decepcionado y nostálgico que tienen muchos tangos.
¿Donde
está la clave de ese enorme contraste que hubo entre la evolución
socio-económica de Argentina y la que tuvo lugar en EEUU?.
Muchos
autores hablan del latifundismo. Las promesas iniciales de repartos de tierra
por parte del gobierno nunca se llevaron a la práctica y el latifundismo de
Argentina siguió siendo uno de los más extremos del mundo.
El
latifundio argentino procedía de la época colonial, pero fue consolidado los
años posteriores a la independencia por una imprudente donación de suelos
públicos a clientes políticos, y por sistemas legales que pusieron a los
trabajadores del campo en situación de dependencia económica permanente del patrón.
"En
ese sistema de tenencia no hubo sitio para el crecimiento de una clase media
propietaria como la que apareció en los Estados Unidos antes de 1850". A
diferencia de EEUU, cuyo capitalismo creó una activa movilidad social, en el
sur de América la existencia de una monolítica oligarquía terrateniente,
levantó barreras infranqueables al ascenso social."
Otro
proceso que cooperó en la misma dirección fue la política librecambista de los
terratenientes argentinos, que controlaban en gran parte la política, y a veces
la composición, de los gobiernos argentinos. Esa política contrasta con el
proteccionismo de EEUU en sus orígenes. Estados Unidos, cuando fue pobre, trató
de fomentar la producción industrial
interior mediante el proteccionismo y, ahora que es un país rico, trata
de convencer al resto del mundo de que el libre cambio es lo mejor para todos.
En cambio, la élite terrateniente argentina del siglo XIX no necesitaba
fomentar la industrialización local para enriquecerse como clase social: le
bastaba con mantener su librecambismo exportador de carne y cereales hacia el
resto del mundo e importar las manufacturas que necesitaba el país. En esto,
tomó una actitud análoga a la de los terratenientes de otros muchos sitios:
véase el caso secular de Andalucía hasta 1970.
En
una situación como la comentada, la pequeña industria no se vió favorecida. De
modo que con un sector agrícola y con un sector industrial incapaces de asimilar a los inmigrantes, se
produjo la acumulación en los arrabales de las orillas (del Río de la Plata) de
ese grupo social heterogéneo formado por ex-esclavos, emigrantes recienllegados
en busca de trabajo, desempleados, trabajadores a tiempo parcial, desclasados y
gente relacionada con el negocio de la prostitución, que trataban de
aprovecharse de la gran escasez de mujeres.
La
desproporción entre hombres y mujeres.
Otro
punto importante es que en esta gran oleada de emigrantes que llegaban al Rio
de la Plata, había además una gran desproporción entre hombres y mujeres.
Puede
parecer extraño, pero es probable que una gran parte de la espectacularidad que
caracteriza al tango proceda en el fondo de ese desbalance entre la población
de hombres y de mujeres en edad fértil.
En
efecto, en 1869 Argentina contaba con 1.700.000 habitantes. Entre esta fecha y
1930, el país ingresó seis millones de extranjeros, de los que el 70% eran
hombres, cuyo 70% a su vez estaban entre los 20 y los 40 años de edad. Esto es,
casi todos eran hombres en edad fértil.
Muchos
de estos hombres se encontraron sin pareja permanente, y se arrimaron al tango
para bailar, pero usaron el baile sobre todo como una manera de acercarse a una
mujer, aunque fuera paga y con tiempo limitado (como ocurría en las academias, donde se pagaba a veces para
bailar con las camareras); a la vez que otros hombres utilizaron la música como
una forma de integración a una nueva tierra donde se sentían solos.
El
tango pues, como no podía ser menos, sirvió entre otras cosas, como medio de
acercamiento a las pocas mujeres disponibles, y como medio de lucimiento
competitivo entre los hombres a la hora de llamar la atención de esas mujeres.
Esta competición debió de influir probablemente en el gusto masculino por
formas de bailar cada vez más espectaculares.
De
hecho, el tango es el baile más expresivo de todos los bailes enlazados y puede llegar a ser enormemente espectacular,
sobre todo si se baila en plan de exhibición.
El
tango además, subraya mucho los aspectos de comunicación con la pareja y de
expresión de los propios sentimientos y emociones. Aspectos, que quizás esten
relacionados también con esa función que cumplía en sus orígenes, de medio de
acercamiento hombre-mujer.
Ahora
es un baile que está otra vez en ascenso en toda Europa, y fuera de Europa en
países como Japón, Canadá, EEUU, y otros, y se le valora sobre todo por su
belleza y por las enormes posibilidades expresivas que tiene, y también como un medio de desarrollo
personal y de conocimiento del propio cuerpo.