martes, 7 de enero de 2025

PEGASO Y SUS ALAS

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Desierto:
      De día. Arena clara. Luz, mucha luz. Salida a la derecha. Duna grande. Oasis. Lago pequeño de aguas cristalinas.
Cubo:
      Pequeño. Metacrilato transparente. En el suelo, cerca de mí.
Escalera:              
      Apoyada en la duna, enfrente. Alta.
Caballo:
      Blanco. Salvaje. Mucha crin. Todo recorrido. Vivo. Alegre. Pegaso sin alas. Bebe en el oasis
Tormenta:
      Tormentón. Muchos truenos y relámpagos. De noche. Viento.
Flores:   
      No hay vegetación de ningún tipo.


(Dibujos Leona Andrea)












Es casi imposible no asustarse con semejante estruendo. Pegaso está enfadado. Le robaron las crines y sus alas.

Aquí abajo, mi pequeña, galopa en sus cabellos a lomos de una creciente risa. Extiende sus bracitos y gira a la derecha. Aquí empieza el camino. La izquierda está cerrada.

Pegaso tiene celos y llama. Ella, pura inocencia, le presta su escalera y veloz como un rayo se presenta aquí abajo. ¿Allí estaba enfadado? Aquí es un Platerillo buscando su regazo.

Un manantial, sus ojos, anuncian la partida.

(Por si acaso, retiré la escalera).

Yo he sido, yo le escondí sus alas, para que nadie, ni siquiera los dioses, la raptaran.

***







lunes, 6 de enero de 2025

OCURRIRÁ MAÑANA





Desierto:

                     Estoy en la cima de una duna, es el atardecer, ante mi se presenta el desierto en toda su majestuosidad, dunas unas tras otras de arena fina y de color rojizo.
Voy vestida con una túnica larga de color claro y los pies descalzos. Pongo mi mano sobre los ojos para intentar visualizar el final, el horizonte, esa línea en la que el cielo se toca con la tierra.

Cubo:

                 Mas bien pequeño unos 40 por 40 por 40cm. Blanco. Suave. Tiene algo de movimiento, parece , está vivo. Hueco. Cerca, está en mi mano izda. Plano, sobre la palma de la mano. Hermoso. Ligero. Claro. Mate. Olor a naturaleza. Tranquilidad, alegría. se mueve, está hecho de mariposas de tamaño mediano y de color blanco. Al soplar suavemente echan a volar y el cubo desaparece. 

Escalera:       

                 Peldaños de lianas con flores de colores

                     Debajo, sobre la arena

                     Cuatro peldaños 

Caballo:        

                     De raza andaluza

                     Bayo con una larga cola.

                     A mi derecha

                     Está tumbado tranquilamente.

                     Lleva unas bridas de cuero y una manta sobre el lomo 

Tormenta:

                     Como las del desierto, viento que levanta la arena.

                     A lo lejos

                     No afecta al cubo, ni a la escalera, ni al caballo  

Flores:                      

                     Muchas, muchas en las dunas, cubriéndolas. En la madrugada, con el frío de la noche del desierto, la humedad concentrada cae en forma de rocío y las hace brotar. Malva, de cuatro pétalos, como las del azafrán. Son flores de un día, nacen y mueren a continuación.








Dicen que me escapé de un sueño y también que huyo de la realidad.
Que voy demasiado deprisa o que no me muevo.
Que no dejo escapar detalle alguno o que tengo una venda en los ojos.


¿Dónde irá sin equipaje? (se preguntan aquellos que dicen de mí lo que no ven en ellos)
¿Con quién habla, si nadie le acompaña? (murmuran los que están aislados)
¿Quién es, que nos conoce a todos y nadie la conoce?
¿Dónde va si no se ve el camino dibujado?

¡Qué barullo!

Son cuatro cosas las fundamentales, aunque son para mí, no para ellos. Ellos preguntan sin saberse.

No me escapé. Bajé a buscarte.
No huí. Me encontré contigo.
No es desvarío, sino entusiasmo.
No soy muda. Me callé para oírte.

Me callé y ahora, por fin me escucho. Se fueron esas voces que no decían nada y queda este silencio prodigioso.

Dicen que el hombre es un suspiro de dios y dios un sueño del hombre.

Suspiré por ti y ahora me quiero.
Me quiero, no lo dudes.

Ahora me callo, para oírme
¡Si pudiera escuchar que tú también te oyes!

(Ocurrirá mañana, lo he soñado)











domingo, 5 de enero de 2025

NO PERDER EL CENTRO

 





Desierto:     Calor y frío. Intangible como el mar.

Cubo:             De hielo. Colocado en el centro geométrico.

Escalera:     De caracol. De acero.

Caballo:       Caminando con él a la sombra.

Tormenta:

Flores:           Violetas. Cardos violetas.

                                   Me llama la atención las grietas de las rocas.

 

 

*

 

 

                 De acero es la espada del héroe.

 

                 No perder el centro es un aviso para quien decidió entrar en el conflicto del ser humano. Solo en ese equilibrio hallaremos lo que fuimos a buscar. Está ahí, aunque le hacemos esperar porque llegan todavía nuevos aspectos. Nos da miedo poner fin a lo que puede ser principio y estamos un poco desorientados por tanta vitalidad.

 

        Pensé que ya no estabas y pretendía distraer la pena de tu ausencia. Tu voz devuelve su realidad a cada cosa y se impone el silencio.

                                      No imaginas cómo te quiero.

 

 

*

 




sábado, 4 de enero de 2025

MI HISTORIA CON LA RADIO

 




            Yo tenía año y medio cuando mis padres vinieron a Zaragoza en 1954. Con el sueldo de mi padre no podían pagar el alquiler del piso y tuvieron que compartirlo con otra familia.

             Al cabo de unos pocos años mi madre quiso poder escuchar la radio en casa, pero no les llegaba el dinero para tener el aparato. Afortunadamente encontraron otra opción. Compra a plazos.

 La radio en casa estaba conectada a una caja fuerte en la que tenías que introducir las monedas para ponerlo en marcha. Podía durar media hora, una dos…. dependiendo del importe que pudieran aportar. (por ejemplo 2 pesetas, cuatro, seis) Después, automáticamente, se apagaba.

Una vez que en la hucha se había introducido el dinero del precio total del aparato, ya era nuestro.

Fue una de las mejores inversiones en nuestro desarrollo humano.

Gracias, Cadena Ser, por ser así.

 

 

 


viernes, 3 de enero de 2025

NO ME HAGAS CASO








Desierto:
·         Amarillo, cálido. Solo. Fascinante. Silencioso. Infinito.

Cubo: 
·         En lo alto de una duna. Cristales de colores. 15 cm3

Escalera:
·         En la base de la duna hasta el cubo. Madera. 10 peldaños

Caballo: 
·         Marrón. Crines largas. Corre. Sin montura ni bridas.

Tormenta:
·         De arena. Cubre la escalera y el cubo. Oscuridad. El caballo está un poco perdido. Quiere llegar al cubo y no lo encuentra. Relincha. Oscuridad.

Flores:
·         De cactus, rojas, bastante grandes. También fucsias. Las flores son escasas. Emociona encontrarlas.


El cielo azul, muy intenso, contrasta con la luz y color
Sensación de ser uno mismo. Testigo cielo y desierto.


*

Me quejaré una y otra vez, pero no me hagas caso. 

Te pediré que vayas y que vengas,
que seas y que no. 

En más de una ocasión diré que no has estado.

Escucha,
en esas chiquilladas no quiero compañía. 

Te necesito lejos de todos los asuntos que no lleven tu nombre. 

Te necesito a ti. 

Si no, ¿Dónde me encontraría?





*






jueves, 2 de enero de 2025

NO HAY PRISA









Desierto:
             Atardecer, dorado, dunas
Cubo:     
             Cristal transparente. Centro del horizonte. Perspectiva derecha distorsionada.
Escalera:              
             Madera, cerca del cubo en el suelo.
Caballo:
             Salvaje. Canela. Izquierda. Llegando.
Tormenta:
             Tormenta seca. Cielo gris. El caballo asustado viene hacia mí.
Flores:   
             Imagino una rosa tras las dunas.





El cristal y el agua, dos aspectos fundamentales. La transparencia recibe la actividad solar y tiene que liberar a su huésped. Esa es la tarea del héroe, al que no le sientan bien las bridas. En esta empresa todo está contemplado y expuesto, por ello, a elementos que pueden distorsionar la visión del entorno.

     Ahogarse en las aguas nos indica que previamente se enredaron las ideas. La madre naturaleza no permite debilidades y trunca todo aquello que, naciendo de ella, pretende independizarse. Aquí todos somos iguales, dice, y el alimento que procura el padre tiene que ser para todos. 

     Pero el destino tiene otros planes, viene con luz propia y trae su espacio. Por un instante será responsable de las tinieblas. Esa es la distorsión, la lucha. Esta es la historia que cuenta ese lado derecho del cubo y que marca la profunda diferencia con el diamantino destino del cristal. La discusión entre el aspecto de ida y… He aquí la tormenta seca. No hay agua que desperdiciar, pues toda la contiene ese regalo celeste que lleva incluido el camino de retorno a uno mismo.

     Todavía no hemos llegado a la página donde está escrito nuestro nombre. No hay prisa. La eternidad espera.




miércoles, 1 de enero de 2025

NARCISO

 



Desierto:

·         Inmenso. Arena dorada (sepia)

Cubo:

·         Tamaño persona. Esquinas redondeadas. Piedra. A la derecha.

Escalera:

·         Piedra. Cuatro lados. Pirámide truncada. Contiene al cubo.

Caballo:

·         Blanco. Largas crines. Fuerte. Nervio. Movimiento. Lo recorre todo.

Tormenta:

·         Viento huracanado. Tormenta terrible. Soledad. Protección junto al cubo. Al  caballo le gusta.

Flores:

·         Se convierte en un vergel después de la tormenta, árboles, caminos…

 

*

 

     El principal elemento, la mítica escalera, nos sitúa en el corazón de la idea. Toda la humanidad participa en esta imagen. Cuatro niveles por los que podemos acceder a nuestro yo, que descansa en la superficie ofrecida por esta peculiar figura. El cubo apoya su base en el final del ciclo completando la unión en retorno. Sus cantos rodados vuelven a mostrarnos la comunión universal, el huevo cósmico, el arquetipo. Todo lo demás (no hay más) es desierto, la huella dorada abandonada por la divinidad a su paso.

      Ahora bien, escuchando lo que cuenta el resto del paisaje "cúbico" me encuentro con una historia humana, demasiado humana: "Mis frutos están maduros, pero yo no estoy maduro para mis frutos".

     Por qué se enfada la naturaleza? (Esa terrible tormenta que lo revuelve todo)

     ¿Por qué no conseguiría atraer toda mi atención ese tesoro hermafrodítico y en su lugar me distrae el eco de un sentimiento personal? (La soledad es el espacio imprescindible que contiene al cubo y la escalera, que, como la elegancia, no debería hacerse notar)

     ¿Por qué me "protege" el cubo, cuando este logro es consecuencia de haberse ofrecido el hombre sin red al destino? (La protección es un aspecto materno que no puede prescindir del padre terrible)

      Esta es la historia del hombre, que le lleva hacia su abismo: el horizonte infinito.

      Pero siempre hay un punto de retorno.

      En este vergel nacido después de la tormenta tendremos la oportunidad de compartir, tan sólo por un minuto (ilusión del tiempo), la ternura humana. En esta página exclusiva disfrutaremos del auténtico héroe y "empáticamente" de nuestro mejor yo. Darío y Don Juan, tienen la clave: "acuérdate, también, de mí".

     Pero es él, Darío, quien tiene que relatarnos esta travesía. Los amigos estamos aquí, en la puerta, esperando.

 

***