Esto no, esto no, esto no, esto no, esto sí, esto no, esto sí, esto no, esto no…
La filosofía zen dice: esto sí.
Desde esa actitud, desde el sí, cualquier “no” puede encontrar su otra mitad para “ser” y ser nunca es negativo porque es consciencia.
Retornar al hogar, a uno mismo, lleva consigo haberlo abandonado en el momento preciso. Entre esos dos momentos hay una historia que solo su protagonista puede contarla como es.