jueves, 15 de abril de 2021
martes, 6 de abril de 2021
ÉRASE UNA VEZ ... CUANDO ÉRAMOS NIÑOS
¿Conoces a este hombre?
Paseando llegó hasta un lago. Tenía sed y al inclinarse para beber vio reflejado el bello rostro de una doncella. Quiso acariciarla y en su lugar pescó un pez. Ante su asombro éste le rogó: ¡Por favor, amigo mío, devuélveme al río. Todavía no es mi hora! Así lo hizo y como premio, un diamante saltó a su mano.
Todavía conmocionado siguió caminando. Al poco se encontró con una impresionante montaña. Creyó oír la voz de una mujer pidiendo auxilio y quiso socorrerla. Sin saber cómo, se halló en su interior y tuvo miedo. En aquella absoluta oscuridad descubrió una lejana lucecita. El diamante que en su mano llevaba hizo de espejo y el resplandor se multiplicó. Sólo tuvo que seguir aquel luminoso hilo y en pocos momentos estaba fuera de la caverna. Al alejarse y volver la cabeza se encontró que la montaña había desaparecido y en su lugar había un dragón vencido. A su lado una feliz mujer sostenía triunfante una pequeña espada dorada.
Envanecido por la que creía su hazaña tomó en sus manos el trofeo sin tener en cuenta a su portadora. La mujer desapareció y la espada tomó un aspecto negruzco, tenebroso.
jueves, 1 de abril de 2021
UN CAFÉ EN BUENOS AIRES
¿Un café?
El silencio puede dibujarse con unos puntos suspensivos. Es el preludio de algo que va a ocurrir. La tierra del misterio, la inocencia.
Déjame, Juan, pasear por tu nombre.
No me fui, me alojé inesperadamente. En ese corto espacio de tiempo pintaste el azul de mis ojos, la ternura te descubrió a ti (he ahí la sorpresa) y conversamos.
Es relativamente fácil luchar con la naturaleza. Sólo hay que conocer sus códigos. Pero ¿Cómo enfrentarse al misterio de uno mismo? La batalla más dura se libra en el corazón del hombre y en esa guerra sí que es necesario un guardián dispuesto a soportar los mayores desafíos.
Un vigilante protector de esos aspectos desconocidos que surgen, a veces, sin que podamos controlarlos.
¿Por qué miedo al espejo?
Mira, Juan, la vida está llena de respuestas y nos reta a encontrar la pregunta adecuada. Es como si bailase con nosotros el mejor de los tangos.
Mira, Juan, ¿no ves lo que yo veo?
Un hombre generoso, lleno de ternura, que se resiste a dejar de ser niño.
Mira Juan.
Mírate en mis ojos.
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