A José
(que me quiere)
"Estas fea", me dices (resumiendo).
Por el tono deduzco, que no es un reproche a mí
(¿por qué
te cortaste?),
sino de sorpresa:
¿por qué te ocultaste? (a la belleza).
Ahora me asombro yo al descubrir que tienes un lugar para
ella
(¿por qué no te quedas?)
¡Qué generoso has sido!
(Si lo llego a
saber, me corto el pelo antes)
Por
favor, vuelve a decirme fea.