Nos alivia verbalizar sentimientos. Es comprensible y una espita para la ansiedad, aunque ello pueda herir al que tenemos más cerca. Pero está absolutamente prohibido tomar decisiones en estos momentos. Distanciarnos un poquito de las situaciones que nos agobian, esa es la única separación aceptable. Para cualquier otra se tiene que contar con los amigos y para esa "no hay firma".
Se me ocurre que cuando decimos "ya no estoy enamorado de ti", queremos decir "no tengo luz". Si no vemos nuestra parte oculta nos sentimos "ciegos". Pero este es un problema exclusivamente propio. Arrojar de nosotros ese dolor puede conducirnos al egoísmo de exigir que el otro no se mueva (que no crezca) o que lo haga en la dirección que no le conviene.
El enamoramiento es un estado de gracia en el que nos vemos completos. Por un minuto acariciamos nuestra individualidad, entramos en el nirvana. Por un minuto. Pero no es posible retener "a voluntad" esa emoción. El río de la vida traza su curso y hay que recorrerlo desde su nacimiento hasta la playa. Resulta complicado mantener el equilibrio de nuestra frágil nave. Es un tango.… no invadir espacios… dos soledades que se abrazan…no detenerse en los errores del otro… escuchar…
Dice el filósofo: "Amistad es la elegancia del Amor".
Y hay tanta verdad en tan pocas palabras que si sabemos vivirla, si acogemos esa tristeza, encontraremos un privilegiado lugar a nuestro lado, para quien compartió momentos sublimes con nosotros, .
Este nublado pasará.
Desde esta certeza un doble abrazo