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sábado, 19 de abril de 2025

EL ESPANTAPÁJAROS

Cuentos para mi nieta


Este cuento lo escuchaba de niña en la radio. Años después leí distintas versiones que no coincidían con el relato que yo recordaba. Por eso te lo cuento.






Hace muchos, muchos años, en un pequeño pueblo vivió un labrador que era dueño de la mayor parte de las tierras de aquella comarca.

En tiempo de cosecha le molestaba ver merodear a los animales y no podía soportar que comiesen el grano o cualquier fruto de sus campos. Por esta razón decidió colocar un espantapájaros.

Plantó una cruz echa de dos delgados troncos. Lo vistió con uno de sus trajes viejos y rellenó el interior con paja. Por cabeza le puso una hermosa calabaza, y le dibujó una boca abierta como si gritase: ¡fuera! Por nariz una zanahoria, una hilera de granos de maíz a modo de dientes, dos bellotas por ojos y unas orejas dibujadas con granos de trigo. De su espalda colgó un pequeño recipiente con aceite. Finalmente le añadió una manzana por corazón.

¡Trabaja y no dejes que me roben! fue su orden.
Realmente asustaba y los animales evitaban acercarse a los campos.
Finalmente el hambre pudo más.

Se le dirigió un educado conejo pidiéndole permiso para llevarse una zanahoria de las muchas que allí había. 
¡No puedes tocar nada! ¡Estoy aquí para eso! … 
pero… sí quieres puedes llevarte mi nariz.
El emocionado conejo la cogió y le dio las gracias.

Unos cuantos gorriones observaron la escena y decidieron acercarse.
¡Necesitamos paja para hacer nuestros nidos! ¿Qué podemos hacer?
¡¡No pisar un milímetro de los campos!!
 ¡Estoy aquí para evitarlo! … pero … si quereis
 podéis llevaros la que hay en mi interior.
Un montón de nidos fueron construidos con aquel tesoro.

Distintas especies de pájaros se fueron apropiando, con su permiso, 
de los dientes y las orejas. 
¡Cuidado con tocar nada del amo, que os muerdo!

Llegó también un pequeño jabalí, asustado.
Le miró, abrió la boca y en ella cayeron las dos bellotas que en el rostro del espantapájaros hacían de ojos.
 ¡Vete, tus padres te están buscando, gritó!

Se acercó una lechuza. 
“He oído hablar de ti. Estoy sedienta y sé que puedes darme un poco de aceite”.
Se lo dio.

Por la noche refrescaba.
Un andrajoso mendigo le quitó el traje a nuestro “asustador”. 
Era mucho mejor que el suyo. Se lo puso rápidamente y le dio las gracias por ello.

Amaneció.

No imagináis qué dijo el labrador cuando llegó a su huerto y vio los restos de lo que fue su espantapájaros. Quedaban dos palos y la manzana-corazón. La cogió y comió con rabia, insultando a todo bicho viviente.

Ocurrió lo siguiente: El cielo estaba despejado y sin nubes, pero llovía en los ojos del labrador. Su corazón se fue poco a poco alimentando de aquella humanidad de la que estaba anémico y le invadió un ejército de bondad. Poco a poco desapareció su mal carácter y amaneció su inteligencia abrazada por la empatía.

No sé cual fue su destino, pero imagino un final sorprendente.

Y colorín colorado, este cuento no ha acabado.



lunes, 28 de octubre de 2024

LOS LOBOS DE FORTANETE-2






Hace muchos, muchos años, ocurrió una singular historia.

Era Fortanete un pequeñísimo pueblo, apenas conocido ya que nadie osaba cruzar sus espesos bosques. Algún aventurero contó los terribles peligros a los que se vio sometido tan solo por intentarlo.

Allí vivía un pastor, tan viejo que se decía había nacido con el pueblo. Todos los días recorría la pequeña cuesta que conduce hasta el río, lo bordeaba y en un pequeño valle descubría siempre el mejor lugar donde podían alimentarse sus ovejas.

Cada cierto tiempo, el rebaño se iba renovando y esa era la única novedad en la que nuestro anciano ocupaba sus horas.

En primavera nació una corderilla aparentemente como las otras, pequeña y desvalida, que no hubiera llamado especialmente la atención de nuestro pastor, si no fuera porque desde hacía tres días merodeaban cerca de allí tres hambrientos lobos. Esta desazón se unía a una repentina tristeza que nuestro anciano no sabía explicarse.

Una mañana descubrió acechante a uno de los lobos, pero no le dio tiempo a reaccionar. El animal saltó sobre la oveja sin que el pastor pudiera hacer nada por evitarlo y cuando todo parecía perdido ocurrió lo inesperado. La pequeña ovejita, miró al lobo con tanta pena que cogió por sorpresa su fiereza y, el lobo, casi temblando, agachó la cabeza. En ese momento, de un bocado, la aparentemente indefensa corderilla, se lo comió.

El segundo lobo corrió la misma suerte, pereciendo devorado por ella.

El tercero, el más joven, siguió los pasos de sus hermanos. Llegó hasta el río en busca de comida. Saltó la orilla. Llegó hasta la corderilla. Abrió su enorme boca dispuesto a devorarla y tuvo que soportar la peligrosa mirada que acabó con sus compañeros. Poco le faltó para rendirse ante tanta ternura, pero una extraña fuerza le impulsó a hundir sus colmillos en el cuerpo de aquel insólito animal... y, todo quedó en su lugar. La corderilla se transformó en una bellísima Anjana, protectora desde entonces de Fortanete (el nombre vendría de fuerza, fortuna), y los colmillos del lobo se cubrieron de plata.


Hasta aquí todos coinciden en la historia, pero hay discrepancias que unidas al mismo relato hacen de él leyendas distintas.

domingo, 27 de octubre de 2024

LOS LOBOS DE FORTANETE-1




     Yo tenía una amiga (la tengo) que una de sus actividades preferidas era mirar. Le gustaba como expresaba Monalisa. También la seriedad de su hijo, Miguel, un niño que adoraba a los lobos y no le perdonaba a Caperucita haberle obligado a ser el malo en un cuento que él no podía tragar.
     Se me ocurrió inventarme una historia en la que una corderilla se comía a dos de los tres lobos de Fortanete. El tercero se salvó porque supo incorporar el peligro.
     A Miguel le gustó. A Leonardo, Charo y Manolo también.
     María Lafarga (otra niña ya mujer) me hizo unos estupendos dibujos que enriquecieron el relato.
     Otro día os lo cuento.


lunes, 16 de septiembre de 2024

CÓMO GANAR BATALLAS




LEYENDA CHEROKEE






PÁSALA







lunes, 5 de agosto de 2024

CUENTOS PARA MI HIJA


En el año 1980





Érase una vez, hace muchos, muchísimos años, un pueblecito pequeño en el que vivían un anciano de blancas barbas y su nieto. Llevaban una vida como los demás,  sencilla y sin sobresaltos.

Todas las noches se sentaban alrededor del fuego y el abuelo narraba unas historias que hacían las delicias del pequeño. Una de aquellas noches, el abuelo le explicó el por qué de los eclipses.

Según los científicos –decía-, unos hombres a los que todo el mundo puede entender, se producen al interponerse la tierra entre el sol y la luna o la luna entre el sol y la tierra, oscureciéndose, bien la luna o la tierra. Pero ellos saben que para todo hay dos explicaciones. Lo que te voy a contar muy pocos lo conocen. Escucha.

Habitaba en este paraíso la diosa Rada y los dioses Krisna y Pan, entre otros.

Rada ocultaba su belleza con un velo tejido por las ninfas que le servían y Krisna estaba enamorado de ella. Nadie conocía el rostro de Rada, pues el velo que lo cubría solo mostraba sus expresivos ojos.

 Pan también la pretendía y quería llevársela con él a otro lugar para que nadie pudiese contemplarla.

Krisna y Rada paseaban felices todos los días por aquel bellísimo espacio del que la tristeza estaba desterrada. Pan, desde lejos, los contemplaba con envidia, hasta que una noche decidió raptar a Rada y marchar con ella al fin del mundo. Se acercó silencioso al lecho de la diosa y con suavidad, para no despertarla, la tomó en sus brazos, montando en el caballo alado que se perdió con ellos en el cielo.

Pan no se dio cuenta de que el aire hizo caer el velo del rostro de Rada, quedando prendido en el desmayo que crecía junto a la orilla del manantial.

Cuando Krisna despertó y fue a buscar a su amada, encontró el lecho vacío. Pensó que habría salido a pasear. Buscó por todos los rincones del paraíso sin encontrarla, hasta que comprendió qué había sucedido. Entonces se llenó su corazón de tristeza y no cesaba de pronunciar su nombre.

Al pasar junto al desmayo, vio que algo había quedado prendido en sus ramas. Era un velo. En él había un rostro dibujado, el rostro más bello que los dioses hubiesen visto jamás. Volvió la alegría a su corazón sintiendo que algo hermoso le estaba reservado. Entonces oyó una lejana voz y quiso encontrarla. Bajó el dios a la tierra y caminó por ella durante mucho tiempo. Le sorprendió la noche y se acostó bajo un gran árbol, pensando volver a su jardín a la mañana siguiente. Al instante quedó dormido. Tan cansado estaba que los primeros rayos del sol no lograron despertarle.

Al atardecer, al abrir por fin los ojos, descubrió que una bellísima mujer le contemplaba. Era el rostro del velo. Su corazón se llenó de gozo y fue tanto su asombro que necesitó llenar sus ojos con toda la luz de la tierra que por un momento quedó en tinieblas.

Volvió todo a su ser y pidió el dios a la doncella que le acompañase. Ella aceptó, pues estaba enamorada y no quería abandonarle. Al llegar a las puertas del jardín entró Krisna primero para enseñar el camino a la muchacha, pero al volver la cabeza descubrió que se había convertido en una estatua de piedra. Su felicidad le había hecho olvidar que ningún mortal podía entrar en la morada de los dioses. La tristeza se alojó de nuevo en el corazón de Krisna.

Pasó el tiempo y el dios volvió al lugar donde conoció a tan hermosa mujer. También esta vez le sorprendió la noche quedándose dormido bajo el gran árbol.

Al amanecer despertó. La bellísima mujer, amorosamente, le contemplaba. Otra vez su corazón se llenó de gozo y toda la luz de la tierra, por un instante, se concentró en sus ojos para mirarla.

Todo volvió a su lugar y de nuevo Krisna pidió a la mujer que le acompañase, a lo que ella accedió pues se había enamorado. Llegaron a las puertas del jardín, entrando el dios primero para enseñar el camino a la mujer, pero al volver la cabeza descubrió que se había convertido en estatua de piedra.

Otra vez la tristeza de Krisna fue tan grande que acercándose al manantial, depositó en las ramas del desmayo el velo con el rostro de su amada dibujado, pues pensó que ya nunca podría encontrarla.

Pasó el tiempo y no pudiendo soportar su soledad, volvió al lugar donde por dos veces había sido tan inmensamente feliz. La noche volvió a cerrar sus ojos junto al gran árbol.

Esta ves le despertó el mediodía y era tan hermosa la mujer que le miraba, que toda la luz de la tierra se refugió en sus ojos para contemplarla. La oscuridad duró esta vez tanto tiempo que los hombres sintieron miedo en su desamparo.

Rogó el dios a la bellísima mujer que le acompañase y ella no vaciló, pues le amaba. Al llegar a las puertas del paraíso, Krisna contempló que una lágrima adornaba los dos rostros de piedra, semejantes al de la mujer que le acompañaba. La hermosa doncella susurró al dios que no dejase de mirarla y esta vez, entraron juntos en el jardín.

La mujer corrió hacia el manantial y acariciando las ramas del desmayo, recuperó su velo, pues no era otra que Rada, la diosa, que por fin había conseguido liberarse de Pan.

Krisna, radiante de felicidad, salió a contemplar las estatuas de piedra, pero éstas habían desaparecido. En su lugar únicamente quedaban dos lágrimas. Las recogió con ternura y adornó con ellas el cuello de Rada.

Desde entonces nunca han vuelto a separarse y siguen viviendo en aquel jardín del que muy pocos saben que existe.

Cada vez que hay un eclipse, el anciano de barbas blancas y el niño, saben que los dioses recuerdan el encuentro de Rada y Krisna.




miércoles, 27 de diciembre de 2023

MIS CUENTOS

 




Cuentos de Hadas

El genio de la lámpara

 

Nos parecía difícil, pero lo conseguimos. Tuvimos que hacer algún equilibrio y ponerle pararrayos al carácter de ese genio que salió prematuramente de su candil. Se calmó cuando entendimos que "no tenía otra salida" y esta comprensión le hizo volver a su lámpara. Desde entonces nos acompaña con su luz.

            Brilla especialmente cuando lo que hacemos "puede convertirse en ley universal".

 

La bella durmiente

 

Una voz nos dijo una vez: "Estás tan guapa que todos los chicos querrán besarte". Y era cierto. Semejante afirmación hizo palidecer de celos a la luna, (palidecer digo, pues rompió en miles de hilos luminosos la caricia dorada que la cubría). Una vez repuesta de su rabieta, quiso descubrir quién era su rival y para ello envió al mejor de sus caballeros. Como era el mejor llegó primero y despertó a la bella durmiente.

Desde entonces, ¡qué lejanos están los problemas cotidianos! ¡Qué naturaleza tan distinta tiene esta alegría que nos hace vivir un cuento de hadas! ¡Qué siembra de luz provocó en nosotras lo relatado por esa misteriosa voz cuya música nos es imposible reproducir a quien no entiende nuestro idioma! Ahora somos.

             Por eso sabemos que la vida no es un cuento, sino una hermosa realidad.

 


martes, 24 de octubre de 2023

UN GRANO DE TRIGO



En mi infancia los cuentos fueron un alimento fundamental. Recuerdo uno en el que el dueño de un saco de trigo dio a un mendigo un grano (uno solo). Al vaciarlo en el solanar se encontró con la sorpresa de una semilla de oro.

La moralina nos decía que ojalá hubiera dado mayor cantidad y la recompensa hubiera sido mayor, pero yo no traducía así la historia. Solo disfrutaba de un misterio entonces todavía oculto en la figura de aquel hombre que pedía por anticipado una felicidad todavía no alumbrada.

"Delegar en el mundo la responsabilidad generosa de cuidarte" es una nueva oportunidad para ese mundo que sigue avanzando porque cada niño aporta su inocencia.

Por eso es fundamental saber leer en nuestro niño.




lunes, 23 de octubre de 2023

CUENTOS PARA MÍ: LA PERFECCIÓN






Érase una vez alguien que oyó a un sabio decir:
“la perfección es ser”

Un eco le respondió:
¡perfecto!

Un plumilla tomó nota:
“La perfección es ser”,  ¡perfecto!

En ese momento a un tercero la coma le incomodó
y para marginarla dejó la frase en brazos de la redundancia:
“La perfección es ser perfecto”

Ahora quien estaba incómoda con esa angaripola moral,
 era la idea de ser.

Llamó a los puntos suspensivos que intervinieron inmediatamente poniendo orden en esa idea.
Bueno... don perfecto... en realidad... ser... es otra cosa... es... bueno...

Como los puntos suspensivos eran unos pedazos de pan (migas, pero pan al fin) permitieron a don perfecto salirse por la tangente y escuchar lo que alguien decía:
“Ser Bueno Es Ser

Una música sonó:
“Yo quiero que tú seas, y ser contigo”.



Y colorín colorado, este cuento NO se ha acabado.


sábado, 21 de octubre de 2023

CONTANDO CUENTOS EN 1995



          Paseando llegó hasta un lago. Tenía sed y al inclinarse para beber vio reflejado el bello rostro de una doncella. Quiso acariciarla y en su lugar pescó un pez. Ante su asombro éste le rogó: ¡Por favor, amigo mío, devuélveme al río, todavía no es mi hora! Así lo hizo y como premio, un diamante saltó a su mano.

         Todavía conmocionado siguió caminando. Se encontró con una impresionante montaña. Creyó oir la voz de una mujer pidiendo auxilio y quiso socorrerla. Sin saber cómo, se halló en su interior y tuvo miedo.

        En aquella absoluta oscuridad descubrió una lejana lucecita. El diamante que en su mano llevaba hizo de espejo y el resplandor se multiplicó. Sólo tuvo que seguir aquel luminoso hilo y en pocos momentos estuvo fuera de la caverna. Al alejarse y volver la cabeza se encontró que la montaña había desaparecido y en su lugar había un dragón vencido. A su lado una feliz mujer sostenía triunfante una pequeña espada dorada.

        Envanecido por la que creía su hazaña tomó en sus manos el trofeo sin tener en cuenta a su portadora. La mujer desapareció y la espada tomó un aspecto negruzco, tenebroso.

        Desde entonces, afligido por una inmensa pena, aquel hombre busca su imagen.




***

viernes, 13 de octubre de 2023

UN CUENTO en FORTANETE






Érase una vez un pueblo llamado Fortanete. Hace muchos, muchísimos años, vivió un hombre llamado Tonet. Apacentaba las pocas ovejas del lugar. Cuentan que algo le ocurrió un determinado día. Algo que él no supo explicar. Un lobo que atacaba corderillas… Una Anjana encantada… Una oveja que comía lobos… Un lobo con colmillos de plata…

            El pastor nunca supo decir si presenció lo que contaba o simplemente fue un sueño.

            En lo que todo el mundo coincidía era en los lamentos tristísimos que oían cada noche de luna llena. En esa noche nadie veía a Tonet.


            Los cuentos son un excelente vehículo donde los niños se montan para ver a las ideas morderse la cola.





martes, 6 de abril de 2021

ÉRASE UNA VEZ ... CUANDO ÉRAMOS NIÑOS

                                                                 

   ¿Conoces a este hombre?     





Paseando llegó hasta un lago. Tenía sed y al inclinarse para beber vio reflejado el bello rostro de una doncella. Quiso acariciarla y en su lugar pescó un pez. Ante su asombro éste le rogó: ¡Por favor, amigo mío, devuélveme al río. Todavía no es mi hora! Así lo hizo y como premio, un diamante saltó a su mano.

Todavía conmocionado siguió caminando. Al poco se encontró con una impresionante montaña. Creyó oír la voz de una mujer pidiendo auxilio y quiso socorrerla. Sin saber cómo, se halló en su interior y tuvo miedo. En aquella absoluta oscuridad descubrió una lejana lucecita. El diamante que en su mano llevaba hizo de espejo y el resplandor se multiplicó. Sólo tuvo que seguir aquel luminoso hilo y en pocos momentos estaba fuera de la caverna.  Al alejarse y volver la cabeza se encontró que la montaña había desaparecido y en su lugar había un dragón vencido. A su lado una feliz mujer sostenía triunfante una pequeña espada dorada.

Envanecido por la que creía su hazaña tomó en sus manos el trofeo sin tener en cuenta a su portadora. La mujer desapareció y la espada tomó un aspecto negruzco, tenebroso.



Desde entonces, afligido por una inmensa pena, el hombre busca su imagen perdida.





sábado, 5 de enero de 2019

CANTABRIA - EL ANCIANO DE ANERO






Te contaré la historia del "Anciano de Anero". 

Era un "viejo sentado al sol". Un hombre feliz al que únicamente le inquietaba el último viaje.

Los dioses le regalaron suspender esa cita hasta que él quisiera y al día siguiente se suicidó.

         No quiso hurtar a los dioses lo único que le pedían:

Ocupar por un instante su lugar en la tierra y para ello necesitaban que él fuera, por un instante, un cielo.



martes, 30 de junio de 2015

NANAS PARA MI NIETA





Te voy a contar un cuento
un cuento chiquirritín,
se lo contaba a tu madre
y lo canto para ti.

Mi cuento tiene una niña
un campo, también la mar
un príncipe y un mendigo
y un montón de cosas más

Mi cuento tiene una ola
que hizo a un barco naufragar
y una sirena que supo
a un capitán rescatar

Mi cuento tiene un mendigo
que un día pescó a ese pez
ese pez que le rogaba
vuélveme al mar otra vez.

Mi cuento tiene una ola
que al lado de un barco está.
Un pez, una caracola
y una sirena en la mar

Te voy a contar un cuento
un cuento chiquirritín
tendrás que cerrar los ojos
y así soñarás feliz

Mi cuento tiene una niña
un sueño y un despertar
unos padres sorprendidos
y felices sin parar.

El príncipe era marino
y la sirenita azul
en el cielo se encontraron
porque los mirabas tú.

Te pido que ahora me cuentes
lo que antes yo te conté
para que sueñe contigo
y feliz despertaré