Érase una vez
un pueblo llamado Fortanete. Hace muchos, muchísimos años, vivió un hombre
llamado Tonet. Apacentaba las pocas ovejas del lugar. Cuentan que algo le
ocurrió un determinado día. Algo que él no supo explicar. Un lobo que atacaba
corderillas… Una Anjana encantada… Una oveja que comía lobos… Un lobo con
colmillos de plata…
El pastor nunca supo decir si
presenció lo que contaba o simplemente fue un sueño.
En lo que todo el mundo coincidía
era en los lamentos tristísimos que oían cada noche de luna llena. En esa noche
nadie veía a Tonet.
Los cuentos son un excelente
vehículo donde los niños se montan para ver a las ideas morderse la cola.
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