Prestando voz a quien no la tiene
Leo algo sobre el síndrome de Ulises. Leo, porque las pistas me llevan hasta esa curiosa relación.
La madurez se caracteriza por la capacidad de ponernos en el lugar del otro, de asumir las responsabilidades que nos corresponden, de encajar las pérdidas en las operaciones vitales a las que nos vemos impulsados. El niño es incapaz de todo esto. Él demanda de sus padres (en un primer estadio, de la madre) que se lo resuelvan todo.
Una noche conflictiva me despertó un sueño que me llenó de miedo.
Fue hace muchos años. Una de las primeras manifestaciones de que había empezado a tomar conciencia de la situación.
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