domingo, 30 de diciembre de 2018

LOS LOBOS DE FORTANETE-2






Hace muchos, muchos años, ocurrió una singular historia.

Era Fortanete un pequeñísimo pueblo, apenas conocido ya que nadie osaba cruzar sus espesos bosques. Algún aventurero contó los terribles peligros a los que se vio sometido tan solo por intentarlo.

Allí vivía un pastor, tan viejo que se decía había nacido con el pueblo. Todos los días recorría la pequeña cuesta que conduce hasta el río, lo bordeaba y en un pequeño valle descubría siempre el mejor lugar donde podían alimentarse sus ovejas.

Cada cierto tiempo, el rebaño se iba renovando y esa era la única novedad en la que nuestro anciano ocupaba sus horas.

En primavera nació una corderilla aparentemente como las otras, pequeña y desvalida, que no hubiera llamado especialmente la atención de nuestro pastor, si no fuera porque desde hacía tres días merodeaban cerca de allí tres hambrientos lobos. Esta desazón se unía a una repentina tristeza que nuestro anciano no sabía explicarse.

Una mañana descubrió acechante a uno de los lobos, pero no le dio tiempo a reaccionar. El animal saltó sobre la oveja sin que el pastor pudiera hacer nada por evitarlo y cuando todo parecía perdido ocurrió lo inesperado. La pequeña ovejita, miró al lobo con tanta pena que cogió por sorpresa su fiereza y, el lobo, casi temblando, agachó la cabeza. En ese momento, de un bocado, la aparentemente indefensa corderilla, se lo comió.

El segundo lobo corrió la misma suerte, pereciendo devorado por ella.

El tercero, el más joven, siguió los pasos de sus hermanos. Llegó hasta el río en busca de comida. Saltó la orilla. Llegó hasta la corderilla. Abrió su enorme boca dispuesto a devorarla y tuvo que soportar la peligrosa mirada que acabó con sus compañeros. Poco le faltó para rendirse ante tanta ternura, pero una extraña fuerza le impulsó a hundir sus colmillos en el cuerpo de aquel insólito animal... y, todo quedó en su lugar. La corderilla se transformó en una bellísima Anjana, protectora desde entonces de Fortanete (el nombre vendría de fuerza, fortuna), y los colmillos del lobo se cubrieron de plata.


Hasta aquí todos coinciden en la historia, pero hay discrepancias que unidas al mismo relato hacen de él leyendas distintas.

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