Murió Marta.
En el autobús escuché esta noticia a través de una conversación telefónica de quien decía estar “en estado de shock” por su inesperada desaparición. No esperaba un final tan precipitado en alguien cuya vida era sana hasta el límite, y quien así hablaba reflexionó en voz alta:
En el autobús escuché esta noticia a través de una conversación telefónica de quien decía estar “en estado de shock” por su inesperada desaparición. No esperaba un final tan precipitado en alguien cuya vida era sana hasta el límite, y quien así hablaba reflexionó en voz alta:
“Esto nos enseña que hay que ser buenos y disfrutar de lo que tenemos”.
Me emocionó ese diagnóstico tan vital.
Pensé en Marta y a modo de recuerdo le dije: “Qué santa (sana) amiga (has tenido) tienes”.
Pensé en Marta y a modo de recuerdo le dije: “Qué santa (sana) amiga (has tenido) tienes”.
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