miércoles, 22 de julio de 2020

PISTAS


Enero 2003



¿Por qué nos enfadamos?
Enfadarse es infantil

Portándonos como críos perdemos de vista (aunque solo sea por un momento) a ese "niño" que llevamos dentro.

No ver es estar ciego.

Ciegos nos "vemos" desvalidos y protestamos por ese abandono

Pedimos una luz y mil caras responden con gesto de sorpresa: ¿A quién te diriges?
Nos vemos sorprendidos, porque si lo supiéramos ya seríamos lúcidos. Ordenaríamos el mosaico de espacios que es la vida y tendríamos respuestas en lugar de este jeroglífico.
Desenfadémonos.
A primera vista es simple y como para el esfuerzo de mirar dos veces no estamos preparados, se nos complica todo.
No importaEl tiempo es generoso.
Solo reconociendo que "el otro" está sujeto a lo inevitable, tendremos el valor de mirarnos nosotros. Nos veremos "derechos" porque aquellos "renglones torcidos" estaban esperando nuestro impulso.
Esa caricia de la conciencia levantará la mano del destino.

Al dueño de ese dedo habrá que darle un beso por jugar con nosotros a ser de nuevo niños.

¡Qué sencillo!

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