viernes, 22 de mayo de 2015

A MIGUEL ROPERO NUÑEZ











Si pudiéramos sentir que la vida es el ritmo de la conciencia,
contemplaríamos el “palo” de la nuestra con “alegría”.





viernes, 15 de mayo de 2015

CONVERSANDO CON EVA VIVES EN EL 2005



En general estoy contenta. Fue una presentación ambivalente, con aspectos positivos aunque demasiado larga, bastante incómoda para los asistentes (calor y falta de sillas) y un tanto desequilibrada en las actuaciones por una serie de imprevistos achacables a mi bisoñez como maestra de ceremonias.

“Sólo dos letritas” dices, y has sintetizado perfectamente lo que pretendía con esa exposición. Me has emocionado, porque ciertamente mostrar los poemas ha sido una excusa para presentaros a Blanca García que es una artista. A Konstancio Pradas y Paco el de la Serrana, a quienes conocí en un curso de “palmeo” y me parecieron magníficos. A Miguel Ropero al que oírle es un placer por la pasión que pone en lo que dice. Y también volver a recordar lo que tenemos en “casa”. Amparo Millán, Roberto Cáncer y Antonio García Olivares.

“Solo dos letritas” y te dibujas entusiasta, vital, valiente para descubrir nuevos aspectos; generosa, hospitalaria y no me dejas otra respuesta que asentir en cómo me ves porque si no me estaría perdiendo cómo eres.

Gracias, Eva. Me quedo los besos.

jueves, 14 de mayo de 2015

INCOMUNICACIÓN

(Atocha)

La conversación es un intercambio de ideas.

Si ésta se da entre distintos niveles puede nacer algo más: la incomunicación.

¿Quién asume esa paternidad?

Y si no se asume, ¿qué podemos reprochar a la criatura del Dr.Frankenstein?


viernes, 8 de mayo de 2015

UN CAFÉ




Si reacciono ante una respuesta inesperada del otro, sin averiguar cuál ha sido el origen de esa actitud, siento que algo falta.

Si asumo esa responsabilidad se abren las ventanas y aparece un nuevo horizonte.

Por eso la empatía es el espacio del amor. En ese estado todo es luminoso. Vemos y nos vemos completos. En esa realidad podemos reconocernos y esa conciencia nos hace invulnerables a cualquier distracción.

El león simboliza la fuerza porque es “indistraíble en el ataque”. Caza con la misma inocencia que Nieztsche lo hacía con sus ideas. La acción es nuestro tesoro. El amor nos hace libres porque ilumina nuestro campo de batalla.

Decir “te quiero” no es hablar de posesión. Es indicarle al otro que su compañía supone una jornada de puertas abiertas a la alegría.

Por eso el amor solo tiene una puerta y es de entrada.



***

miércoles, 6 de mayo de 2015

FRAGMENTO


Carta en el 2003

(No se si podrás aceptar que te quiera en esta situación, con esta realidad de la que no puedes sentirte orgulloso y a la que yo de ninguna manera puedo renunciar. Pero quisiera estar ahí, también contigo, donde me dejes estar.)



(Lee Justo Erdociain)

Hemos recorrido juntos treinta años y dibujado una vida en común felizmente fecunda.

En la última etapa hubo un cambio imperceptible de vía que nos ha situado en paisajes distintos. No es sensato arremeter contra ese paisaje por haber aparecido de repente, como si fuese la proyección quien se moviese.

Tenemos dos cristales. Donde uno ve monte, el otro dibuja una llanura y no hay forma de lograr un acuerdo entre dos realidades incomunicadas por los torpes reproches que pretenden despabilar al compañero para que se apresure a llegar donde estamos, dando por hecho que la verdad es nuestra y que el otro está perdido.

A primera vista no se entiende nada. Desde lejos no se ve la realidad de lo que ocurre y hay que acercarse a todos y cada uno de los hilos para ver donde se formó el nudo de esta historia. Deberíamos, serenamente, desandar lo andado, para encontrar el momento en el que nuestro jefe de estación cambió las vías.

El amor es el bailarín más experto en cuyos brazos solo una cosa se puede hacer: ver lo que se hace. Para conseguir esta lucidez nuestra naturaleza hará lo imposible. El conflicto está en que a nadie le es permitido sustituir al otro en su trayecto. Es cada uno, en primera persona, quien debe tomar las riendas de su vida, asumiendo cualquier riesgo.

En mi equipaje tengo la certeza de que se ama sin pedir nada a cambio. Mas aún, recordando que nos dieron sin estar obligados. Que somos mendigos del amor y que el empleo es fijo. Que se quiere sin red y ese es el riesgo.

Recíprocamente, el destino nos guarda un lugar preferente en nuestro centro, al que siempre podemos retornar. Solo en ese giro hacia la inocencia se puede descubrir en qué momento se dio la vuelta Eros, para “alejarse un poco” y protegernos de aquella seducción que pudiera despistarnos demasiado de nosotros mismos.

En la bondad de la vida ya estamos encontrados.


¿Por favor, me das algo?