lunes, 30 de noviembre de 2020

LA EMPATÍA

 





La empatía es el traductor perfecto para entender al otro. 

Hace muchos años, leí una noticia en el periódico sobre la detención de un violador. Cumplida su condena salió y volvió a violar. A la tercera vez decidieron castrarle. Él estuvo de acuerdo, porque entendía que no podía dominar ese agresivo impulso y no quería seguir haciendo daño. Pero puso una condición. Una vez que la sociedad se librara de él, quería que la sociedad le explicase por qué él era así. Qué responsabilidad les correspondía a quienes debieron cuidarle de niño y no lo hicieron y cual hubiera sido su destino en un entorno distinto. Me impresionó profundamente. 

Te recomiendo (si no la has visto ya) “El Profesor”. Una película durísima en la que el tema es ese. Entender al otro para comprenderse.

 

sábado, 28 de noviembre de 2020

EL MISTERIO DEL TANGO





(Anita Brus)




Podría decirse que el tango nos comunica con nuestro lado oculto.

Los pies leen el pentagrama de la tierra.

En el abrazo, las manos dibujan la frontera y exilian a la desesperanza.

 La mirada controla el recorrido para no distraerse y ver.

El oído no admite cantos de sirena. 

La pasión crea el ritmo.

El final nunca es triste, pues anuncia un nuevo comienzo.

El tango habla de la realidad como la música de la palabra.






jueves, 26 de noviembre de 2020

AUTISMO

 




Cuando descubrí el autismo, me llamó la atención que quien lo era, parecía una persona “normal”. No había signos externos que advirtieran de esa diferencia como ocurre, por ejemplo, con en el síndrome de Down. 

Esta reacción no deja de ser un prejuicio. Uno de tantos con los que intentamos protegernos (de nuestra ignorancia). 

Autismo, Down  o cualquier otra diferencia, son “estados” a los que deberíamos intentar llegar rompiendo las fronteras del miedo. Descubrir lo que se oculta bajo ese disfraz nos completaría las claves necesarias para entrar en la conciencia colectiva. 

Cada uno tiene un recorrido distinto porque está situado en las coordenadas requeridas para que todo esté en su sitio. 

A una persona que le falten los brazos no le puedes exigir que “coja la taza de café con elegancia”, pero puede ser un elegante ser humano. 

A quien no sabe leer estaría mal que le obligases a aceptar las condiciones escritas en un documento. Pero esa laguna en su desarrollo, no significa que no tenga claras las ideas. 

Ser ciego no supone que no pueda leer. Perfectamente a través del tacto. 

Ser mudo no impide transmitir emociones. 

La falta de capacidad para ponernos en el lugar de los otros es también una incapacidad natural y mucho más peligrosa. 

Cada uno llegamos a este mundo con lo que caracteriza nuestro personaje. El conflicto empieza cuando a la ignorancia la dispara el miedo. A partir de ahí la historia es demoledora. Pero volvamos al comienzo. 

El autismo se debería contemplar desde dos polos opuestos. 

Uno de ellos como lupa para entender, además del comportamiento personal de quien lo es, las reacciones socialmente aceptadas y que son similares a las que diagnosticamos como enfermedad. 

El otro contemplando con el cristal de la inocencia el paisaje humano del autista que tenemos delante (o cualquiera que sea diferente y al que ocultan los prejuicios). 

Por esa ceguera podemos perder unos valores que tardaremos mucho tiempo en recuperar. 

Menos mal que Kronos tiene paciencia búdica.

 


lunes, 23 de noviembre de 2020

NEUTRINOS



En el 2003




“Los neutrinos son partículas materiales elementales extremadamente ligeras (posiblemente sin masa) que se ven afectadas solamente por la fuerza débil y la gravedad”. Esto dice Stephen W. Hawking en su libro Historia del tiempo, y me gustó la “biografía” de estos “elementos”. 

En el libro relata que ha resultado muy complicado descubrir su existencia porque el hecho de señalar donde se podían encontrar suponía usar una fuerza que los desplazaba, ocultándose de su descubridor, siendo delatados sólo por la estela dibujada en su huida.

Hablar de los caminos que recorre el amor es peligroso, porque el amor es muy celoso de si mismo.

Tenemos ejemplos en la naturaleza. Hay especies de animales que rechazan a sus crías si las tocan manos extrañas. Ese “toque” incorpora un elemento ajeno que le da otra dirección a lo contado y esa dirección supone un desvío que despista. 

Lo natural solo se hace responsable de lo que se modifica “naturalmente”.

Y sin embargo, es bueno hablar del amor con naturalidad. Hacerlo es incorporar el riesgo. Aquél (según entendí) del que hablaba Nietzsche cuando decía que había que vivir peligrosamente.

El peligro estará en no ponerle puertas al campo, y la clave: entrar por aquellas que nos abre el amor. Sí, pero solo el amor.

Porque el Amor sólo tiene una puerta, y es de entrada.


***






domingo, 22 de noviembre de 2020

sábado, 21 de noviembre de 2020

DUMBO






Entro en Dumbo. Me siento en una de sus mesas y un bolígrafo me pide que le siga. Voy detrás de él.

Dibuja un recorrido que intuyo interesante, pero no entiendo bien qué dice… y me dice:

“Tienes que elevarte”.
Pregunto:
¿Te sigo o me distancio?

“No es incompatible”, contesta. “Tomando altura no me perderás de vista y además te encontrarás leyendo lo que escribo”.



Me cuesta. Tengo vértigo (no por la altura, sino por dejar el suelo que da seguridad) y el bolígrafo me ofrece su apoyo. Tiene una caperuza en la que puedo situar mi vista y cambia el panorama. Aparecen varias dimensiones. Puedo seguirle y leer lo que escribe al mismo tiempo.

Cuenta la historia de alguien que se empeñaba solo en el espacio/tiempo y su vida era como un agujero negro. Un buen día recibió una clave. Mejor dicho, la traducción de una clave que tenía encriptada.

Se dejó llevar y apareció al otro lado. Desde allí se veía completo. Le costó reconocerse porque hasta entonces no supo que los demás eran espejos suyos.

El viaje fue ambivalente. Duro y hermoso, pero por fin se encontraba… feliz porque se encontraba.

Curiosamente lo que parecía un final era solo un principio.

Le agradecí a ese bolígrafo su empática historia que me sonaba a música celestial  y quiso volver a contármela. 

                                       Ahí estamos, sin parar de sonreír.










viernes, 20 de noviembre de 2020

EL DÍA UNIVERSAL DEL NIÑO



Cartas a Julia.
Noviembre 2014



(Avión: Julia Corcuera)

La bondad tiene un valor universal. Esto quiere decir que lo que haces te gustaría que a ti te lo hicieran.

La cuestión está en ver (con claridad) lo inmediato y solo hay un paisaje desde el que contemplar esa perspectiva: La madurez.

Los niños tenéis actitudes que nos sorprenden y es que la intuición os acompaña.

La intuición, para mí, es equivalente al instinto en los animales y los animales, junto a los vegetales y minerales, son el lenguaje de la naturaleza.

La naturaleza es naturalmente buena y nos impulsa a reconocernos en ella. Pero los humanos nos portamos muchas veces como críos (no como niños) y lo natural protesta porque no permite ningún atajo.

Lo natural es que “todo” tenga su sitio y para ello la respuesta correcta es indispensable.

Preguntas: “¿Por qué cuando hacemos cosas buenas se nos pone contento el corazón?”.

Querida Julia, con tu pregunta, mi corazón está de fiesta.


viernes, 13 de noviembre de 2020

Esto sí, esto no...

 





Esto no, esto no, esto no, esto no, esto sí, esto no, esto sí, esto no, esto no… 

La filosofía zen dice: esto sí. 

Desde esa actitud, desde el sí,  cualquier “no” puede encontrar su otra mitad para “ser” y ser nunca es negativo porque es consciencia. 

Retornar al hogar, a uno mismo, lleva consigo haberlo abandonado en el momento preciso. Entre esos dos momentos hay una historia que solo su protagonista puede contarla como es. 

Querido David, te voy a reñir por quejarte  (dicho con todo el cariño). Lo que importa es lo positivo. La información que compartes, en este caso sobre Coldplay, resulta muy interesante y por serlo deberías prescindir de esas referencias que dejan de ser informativas pasando a ser opinables.  Por ejemplo: “Aquí estamos acostumbrados al discurso fácil, a las palabras de un divo y el amén de sus seguidores, no a pensar  y reflexionar. Y es una pena que la tradición oriental, mucho menos alejada de la realidad de las cosas, esté siendo desplazada e invadida por las convenciones occidentales.” 

No estamos divididos en buenos y malos. Todos pasamos por la escala del 1 al 9 y en muchas ocasiones colocamos el 0 al revés y tenemos que volver a empezar.

 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Maurice Ravel - Bolero

EL BOLERO DE RAVEL

 






                                                                      Cómo vi ese concierto

 

 

       Suena la joven orquesta nacional interpretando el Bolero de Ravel.

 

       En la última fila fagotes, trombos y trompetas esperan el momento para subrayar el ascenso conseguido. La percusión interviene reconduciendo la melodía que por un momento parecía querer volar. El latido de un poderoso corazón devuelve la pasión a su cauce y da comienzo otra frase.

Pero yo no estoy fina.

 

       El volumen se me hace insoportable porque algo ha ocurrido. Una de estas primeras notas tropezó en el estribo de mi oído que a su vez golpeó al martillo. Éste explicitó una sonora protesta por considerarse el único con capacidad de golpear, para lo cual derribó a un asustadizo yunque que cayó por el caracol y ya no hubo escalera capaz de rescatarle.

       En esas condiciones acústicas no podía unirme a la opinión general que expresaba alegría porque esa joven orquesta hubiese dejado de ser una promesa. Si ellos habían conseguido lo que prometieron, a mí ¿qué me pasaba?

 

Interpretaron a Ravel en la segunda parte.

 

       No era un buen apoyo (en mi caso) para reflexionar, por muy cerca que estuviera este compositor de los meditativos. Pero no quise dar la nota y aproveche el comienzo de aquel, casi imperceptible temblor de los palillos para intentar localizar, como un zahorí, el origen de tamaño desajuste.

 

En tono tranquilo, desarrolló la frase un instrumento de viento

 

       Una de las valiosas aportaciones que hace Matilde Ras al mundo grafológico es incorporar al pensamiento interpretativo el símbolo del aire. (Respiran los óvalos abiertos mostrando confianza en sí mismos).

Yo estaba cerrada

 

       Seguía el concierto. Una vez más, escuchamos ese corto y reiterativo pasaje musical, reforzado, esta vez, por las cuerdas que parecían decirme: "el mal genio aparece como un dique en tu puerta".  Y yo, como defensa, me distraía.

       La orquesta subía, poco a poco, el tono. La partitura no era tal, sino un mensaje monocorde que no dejaba escapar a nadie de su disciplina. Todos tenían que decir lo mismo aumentando proporcionalmente el volumen.

       Cuando los de la última fila se resarcieron, haciéndome oír en unos pocos, pero fortísimos compases, todo lo que no habían hablado hasta entonces, creí no poder contenerme. Fue un esfuerzo no chillar ¡basta! ¡no puedo más!

 

       Pero ese esfuerzo abrió una puerta. Salió, como alma que lleva el diablo, un no sé qué, pero que me permitió escuchar el agradecimiento general a nuestra joven orquesta. Las manos revoloteaban y no sabría decir si el aire fresco que se respiraba salía de aquel palmoteo o de las abiertas sonrisas que manifestaban su aprobación por ese sobresaliente concierto.

 

Desde hoy escucharé a Ravel con otros ojos.


lunes, 9 de noviembre de 2020

COMPRENDER

 



Para comprender hay que escuchar. Silenciarnos y no invadir ese nuevo espacio que llega en la mochila de las nuevas generaciones es difícil.

Están a nuestro alcance los recuerdos habitualmente maquillados, pero el vacío de lo que está por-venir da vértigo. 

Un valor seguro es la amistad, que siempre es hospitalaria y ofrece un espejo desde donde disfrutar del paisaje completo.

viernes, 6 de noviembre de 2020

PROYECCIONES

 





Nos pasa que proyectamos. Esperamos encontrar en el otro las piezas que nos faltan para vernos completos. Nos añoramos y como respuesta pedimos cuentas a quien no estuvo donde quisimos, en ese momento. 

Si aceptásemos la soledad, ella, la soledad, nos acompañaría. Esa hospitalidad sería irresistible para que nos quisiera quien queremos. 

Dejemos que sea el hado, el destino, quien marque el ritmo y seremos libres para interpretar su melodía. 

Solo así podremos estar desde el principio hasta el final de la pieza.

 

jueves, 5 de noviembre de 2020

LOS REPROCHES

 


El amor cierra ese túnel hacia la hipocresía. 

Curiosamente caminamos hacia atrás. Ese es uno de los misterios de esta vida. “Lo que no es no puede ser y además es imposible” dice un refrán popular. 

Las matemáticas lo reafirman. En el cuatro está incluido el tres y sin embargo para el tres el cuatro no existe, no tiene espacio donde alojarlo. 

Es natural y por ello bueno. 

La hipocresía puede tener un matiz ingenuo que simplemente demuestra una incapacidad para ver un aspecto que le supera. Perjudica cuando quiere sustituir una vivencia más sólida, pues dejaría a ese “uno” (4-3) huérfano. 

Todo aspecto negativo se rinde en algún momento. Deja de serlo porque el vencedor le acoge sin humillar en ese nuevo espacio. Hay que dejar los reproches en el limbo (creo que el limbo no existe, por lo que desaparecerían inmediatamente después de dejarlos allí. De otra manera quedarían los dos vencidos.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

EL PIANO Y EL PIANISTA

 





Es bueno que haya un intermediario entre el piano y el posible pianista. La memoria se aloja en todos sus espacios y no es lo mismo que escriba en sus teclas un novato o alguien que sabe apreciar el esfuerzo de los demás.

Quien espontáneamente quiere escribir su partitura en un piano ajeno tendría que hacerlo como si fuera suyo en la forma de cuidarlo y apreciarlo. 

Supongo que ese hecho influye en la persona que está vigilante. 

Cualquier otro instrumento puede llevarlo “quien lo toca”, pero el piano necesita “brazos ajenos” para transportarlo. 

Sus teclas se mueven uniformemente de arriba abajo. Cambia la intensidad, la velocidad, el tiempo… pero no pueden cambiar de sitio. Están pegadas a la tierra, como la sociedad. 

El piano y “quien lo toca” podría ser una metáfora. 

Para que la sociedad sea justa cada individuo tiene que tener sus siete notas bien distribuidas. Cuatro hospitalarias por tres básicas. 

Individuo (4) y sociedad (3) son complementarios o contradictorios, depende del orden. El individuo tiene el suficiente espacio para incorporar a la sociedad, pero si en lo que es colectivo priman los intereses individuales hay guerra porque falta espacio. 

¡La música! ¡Qué misterio!

lunes, 2 de noviembre de 2020

FUIMOS - ROBERTO GOYENECHE

HOMERO MANZI - Tango

 

Hay un hermoso tango de Homero Manzi que expresa esa paradoja. 

Fui como una lluvia de cenizas y fatigas
en las horas resignadas de tu vida...
Gota de vinagre derramada,
fatalmente derramada, sobre todas tus heridas.
Fuiste por mi culpa golondrina entre la nieve
rosa marchitada por la nube que no llueve.
Fuimos la esperanza que no llega, que no alcanza
que no puede vislumbrar su tarde mansa.
Fuimos el viajero que no implora, que no reza,
que no llora, que se echó a morir.

¡Vete...!
¿No comprendes que te estás matando?
¿No comprendes que te estoy llamando?
¡Vete...!
No me beses que te estoy llorando
¡Y quisiera no llorarte más!
¿No ves?,
es mejor que mi dolor
quede tirado con tu amor
librado de mi amor final
¡Vete!,
¿No comprendes que te estoy salvando?
¿No comprendes que te estoy amando?
¡No me sigas, ni me llames, ni me beses
ni me llores, ni me quieras más!

Trasmite bien ese dolor. La soledad de ese viaje que inevitablemente uno tiene que realizar solo. Es la única manera de llegar al destino correcto. El propio corazón.



domingo, 1 de noviembre de 2020

A DAVID L. CARDIEL

 


La vida te tiraría de las orejas se te oyera decir: “Si no sabemos hacer literatura tampoco sabremos hacer, en consecuencia, vida”. 

No se puede transmitir toda la vida a través de la literatura. A la narración le falta el gesto de unas manos que acompañan. La voz en la que las manos se mueven. La expresión de cada parte del rostro. El movimiento del cuerpo. No es lo mismo la letra caligráfica que la tipográfica. 

Para transmitir todo lo que se quiere decir, tiene que escucharlo un espectador, alguien que esté en ese punto preciso donde no haya interferencias. 

No hay nada igual a sí mismo. Todo es diferente. Y ese es el espectáculo vital. El sol está donde puede abarcarnos a todos. Hay momentos que nos ensombrece y otros nos asombra. Lo mismo que hacemos nosotros con aquellos para quienes somos “un sol”. 

He dicho que “te tiraría de las orejas si te oyera decir…”, pero es un supuesto que no se da en tu caso. Estoy segura de que la vida te abraza porque dices  “vivir, vivir, ya vivo como siento”. 

Después de escribir: “Debemos ser viajeros a Ítaca que aprendan a no temer y a perdonar los errores de quienes nos aman”, me pregunto: ¿Es David L. Cardiel quien dice ser torpe y no saber dar las gracias?

 Un fuerte abrazo, señor escritor.