Las utopías son fantasías y la fantasía se escapa de la realidad. La realidad avanza con la imaginación al frente. Y la imaginación se apoya en esa buena actitud de “hacer todo lo que esté en nuestras manos”.
No hay crisis que pueda recortar la bondad. Darío, al que
también conocía José Antonio Labordeta, decía con mucha verdad que “ser bueno es ser”.
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