EL VIAJE DEFINITIVO
JUAN RAMÓN JIMENEZ – CORAZÓN EN EL VIENTO 1910-1911
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin
pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Conversando con Juan Ramón en el 2001
A Juan Ramón
(a una preocupación que no lo fue, en el fondo)
Se quiere ir y no puede.
Y deja el huerto, un canto, el pozo y un árbol
a modo de testigos de su paso
Y le parece poco.
Intenta que se vayan
los que vieron su luz
para sentir nostaljia de sí mismo
Y no le satisface
Se queda, finalmente,
haciendo que se vayan los demás
... sin hogar ... sin cielo azul
Él con su soledad, que le seguirá acompañando.
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