miércoles, 23 de agosto de 2023

CÓMO LEÍ A FERNANDO PESSOA

Fernando Pessoa - Nació un 13 de junio de 1888
Diciembre 2001

De muy niña me impresionó aquella canción interpretada por Concha Piquer, que decía:

 ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! - no te mires en el río - ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! -que me haces padecer, - porque tengo, niña, celos de él. ... Una noche de verano - cuando la luna asomaba, -vino a buscarla su novio - y no estaba en la ventana. - Que la vió muerta en el río - y que el agua la llevaba - ¡Ay corazón, -parecía una rosa! - ¡Ay corazón, - una rosa muy blanca! - ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! - cómo se la lleva el río - ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! - lástima de mi querer....

No sabía bien la causa, pero adivinaba una tragedia.

La Ofelia de Hamlet tomó el relevo en mi imaginación.

Un amigo enamorado de Portugal me dejó leer un poema de Fernando Pessoa, un autor al que no conocía.

 Por tercera vez, la Lidia a la que se dirigía el poeta lideró aquel grupo de mujeres invisibles.

Le hice la segunda voz.

_____________________________________Ofelia de John Everett Millais




Ven a sentarte conmigo, Lidia, a la orilla del río
Fernando Pessoa/Ricardo Reiss (uno de sus heterónimos)

Pessoa

Ven a sentarte conmigo, Lidia, a la orilla del río. Contemplemos con sosiego su curso y aprendamos que la vida pasa, y no tenemos las manos enlazadas. (Enlacemos las manos)
 
Lidia/María
Me he sentado contigo a la orilla del río. Sosegadamente mirabas su curso. Querías enseñarme que la vida pasa y no tenías mi mano entre las tuyas. El cauce el río fue mi lecho. Pasé desapercibida ante tus ojos. ¿A quién hablabas?

Pessoa
Pensemos después, niños adultos, que la vida pasa y no queda nada, nada deja y nunca regresa. Va hacia un mar muy lejano, hacia el Hado. Más allá de los dioses.


Lidia/María
Sentada a tu lado, quieta, querías enseñarme que la vida pasa y no queda nada, nada deja y nunca regresa. ¿De qué lugar más allá de los dioses hablabas? ¿Y a quién? pues el cauce del río era mi lecho y pase desapercibida ante tus ojos.

Pessoa
Desenlacemos las manos, porque no vale la pena que nos cansemos. Ya gocemos, ya no gocemos, pasamos como el río. Más vale saber pasar silenciosamente. Y sin grandes desasosiegos.


Lidia/María
Desenlazaste tu mano de la mía porque no valía la pena cansarse. Querías enseñarme a pasar silenciosamente, sin grandes desasosiegos. Tu mano me señaló el cauce del río, y yo, sumisa, me acosté en él. Mirabas abatido el curso del río, pero yo, pasé desapercibida ante tus ojos.

Pessoa
Sin amores, ni odios, ni pasiones que levantan la voz, ni envidias que dan movimiento excesivo a los ojos, ni cuidados, porque si los tuviese el río siempre correría. Y siempre iría a dar al mar.


Lidia/María
Sin amores, ni odios, ni pasiones que levanten la voz. Así me querías a tu lado. Pero una sombra ocupó mi lugar y el río me llamó a que yaciera en su lecho.

Pessoa
Amémonos tranquilamente, pensando que podíamos, si quisiésemos, cambiar besos y abrazos y caricias. Pero más vale estar sentados uno junto al otro. Oyendo correr el río y viéndolo.


Lidia/María
Pensabas en lo que podíamos hacer y no querías. Querías estar sentado junto a mí, pero me señalabas cuál era mi lugar en el lecho del río. Sumisa en él duermo.

Pessoa
Cojamos flores, pon en ellas tus manos y déjalas en el regazo, y que su perfume suavice el momento, este momento en que sosegadamente no creemos en nada, paganos inocentes de la decadencia.


Lidia/María
Desde el lecho del río te oí hablar de flores, de perfume, de la muerte sosegada, pero ¿con quién hablabas, si yo yacía en el lecho de tu río?

Pessoa
Al menos, si yo fuera una sombra antes que tú, te acordaras de mí sin que mi recuerdo te arda, hiera o te conmueva, porque nunca enlazamos las manos, ni nos besamos. No fuimos más que niños.


Lidia/María
¡Pobre amado mío! Demasiado infantil para ser niño.

Pessoa
Y si antes que yo llevaras tú el óbolo al barquero sombrío, yo nada tendré que sufrir al recordarme de ti. Me serás suave a la memoria recordándote así a la orilla del río, pagana triste y con flores en el regazo.


Lidia/María
El curso del río viaja hacia mi destino y allí volveré a despertar en mi presente.



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1 comentario:

Anónimo dijo...

Lindísima réplica maría. Lindísima