domingo, 16 de diciembre de 2018

EL GARAGE - NAVIDAD 2018





LA MÚSICA

La Música


(Dibujo de Anita Brus)



En la personal partitura de cada uno se combinan blanco y negro.

Si ocupamos el lugar del otro los colores se invierten.

Si leemos haciéndole la segunda voz a la naturaleza oiremos cómo el ritmo marca final y comienzo en la misma secuencia.





jueves, 13 de diciembre de 2018

miércoles, 12 de diciembre de 2018

PAISAJES


(Paula Barcelona)




A Rafael, que se fue.


Estamos llenos de contrastes.

 La escalera de Jacob nos sirvió un día de columpio y no acabamos de acostumbrarnos a las distancias cortas.

 Fascina el paisaje amplio, pero luego hay que recorrerlo a pie y encontramos demasiado soledad en el camino.

Cada vez el impulso es mayor y aumenta el vértigo.

Entendemos que sea difícil acompañarnos y de un tiempo a esta parte hemos decidido hacer solos esta travesía.

La forma de comunicarnos problemática:

¿quién va a leer una carta escrita en el aire?
¿dónde encontramos un papel tan amplio que contenga todo lo que tenemos que decir?

Nos mantiene el ánimo las palabras cristalizadas que llegan, a través del océano, en una frágil botella a la deriva.

Paula siempre dijo: "Rafael, me alegra mucho haberte conocido".



***

lunes, 10 de diciembre de 2018

RECUERDOS TANGUEROS 2007






Domingo, 11 de noviembre de 2007







ADOR nos invitó a compartir el “Día del Socio” y agradecimos su hospitalidad bailando.

Empezamos el día con un desayuno en La Venta del Barro, lugar que para muchos de nosotros ya es familiar. El destino era Castellote, municipio del Maestrazgo por el que pasearon los dinosaurios.

Llegamos pronto y aunque no conocíamos a los organizadores nos identificaron enseguida. QUINCE tanguer@s admirando ese precioso pueblo no pasan desapercibidas y así, en plena calle, intercambiamos saludos y abrazos.

Repetición suena a ritmo y aunque ya habíamos saciado el apetito mañanero, nos tentaron los castellotanos con el ofrecimiento de probar sus productos típicos, cosa que aceptamos con moderación, no porque tuviésemos remilgos, sino para dejar espacio a la comida.

En Castellote existe un Torreón dedicado a mostrar una parte de la historia que en la Edad Media dejaron los Templarios y allí fuimos en bloque. Al salir nos separamos. Unos buscaban lo inmediato (un café) y lo encontraron. Otros quisimos ascender a las alturas sin avisar. Consecuencia de esta imprevisión encontramos las puertas del castillo cerradas y como somos personas con recursos nos apuntamos a la primera opción.

De nuevo todos juntos oímos la palabra “vermú” y la hicimos nuestra. Que pudiéramos disfrutarlo en terraza hay que agradecérselo a San Martín, a su veranillo. Allí entre risas (siempre respetuosas) por el nombre del bar que nos acogía (La Tía Pindorra) olvidamos el mal sabor que nos dejó (sobre todo al Presi) no haber podido visitar la subsede del parque temático Dinópolis y concretamente el “bosque pétreo”, debido a que quienes estaban encargados de mostrarlo estaban en comisión de servicio y no habíamos anunciado nuestra visita.

A las 14,30 en punto, la comida. Sentadas a la mesa estaban más de 80 personas (el 10% de sus habitantes) decididas a dar buena cuenta del exquisito menú que no repetiré para no dar envidia a quienes esto lean. El postre éramos nosotros.

Después del café tuvimos tiempo para vestirnos de fiesta en dos habitaciones (una rosa y otra azul) ofrecidas por la organización y puestas a nuestra disposición por el Hostal Castellote a quien agradecemos el detalle.

Finalmente bailamos. A partir de ahí, lo de siempre. Emoción y sorpresa por la emoción. Contagiamos y los espectadores dejaron de serlo para salir a la pista animados por un dicharachero Eugenio.

Nos despedimos con la promesa de volver y se quedó en el tintero una letra de tango escrita entre todos que sugeriremos pase a formar parte de esas cortinas en vivo que alguna vez nos hemos regalado. ....

QUINCE es un bonito número. El dieciséis es Marcial/Orlando.




jueves, 6 de diciembre de 2018

¿POR QUÉ NOS ENFADAMOS?










Enfadarse es infantil y siéndolo perderemos de vista (aunque solo sea por un momento) a ese "niño" que llevamos dentro.

"Ciegos" nos "vemos" desvalidos y protestamos como niños abandonados.

La vida es un hermoso jeroglífico, un mosaico de espacios, donde se nos ofrece jugar a encontrarnos.

A primera vista es simple y como para el esfuerzo de mirar dos veces no estamos preparados, se nos complica todo.

No importa. El tiempo es generoso.

Si hacemos como Baubo a Démeter, o sea, conseguimos que Cronos se ría con nosotros, dejará que "pasemos" de él y solo entonces resultará evidente que aquellos renglones sólo estaban torcidos antes de contemplarlos.

 Esa caricia de la conciencia levantará la mano del destino. Al dueño de ese dedo habrá que darle un beso por jugar con nosotros a ser de nuevo niños.


martes, 4 de diciembre de 2018

LOS MAYORES












            Es lógica esa preocupación por tus padres. No venimos a este mundo con un libro de instrucciones para saber cómo comportarnos en cada situación comprometida. Tenemos que improvisar y nos angustiamos.



Seamos detectives.



            Si pudiéramos ordenar nuestros sentimientos descubriríamos espacios en blanco que les corresponde llenar a los otros y que indebidamente invadimos. He ahí el origen de alguna desazón. No adelantarse y escuchar es una norma básica del tango aplicable al devenir cotidiano. Saber establecer los límites entre lo que nos corresponde asumir y la responsabilidad que debemos dejar a los demás es un arte.



“Por mi situación no me angustiaría,

 pero me angustia que el otro se angustie por mi situación”.



            Las personas mayores, pero sobre todo nuestros padres, son un incalculable tesoro de experiencias. Unas veces por responder correctamente a problemas de todo tipo o por haber sufrido si no han sabido hacerlo. También son importantes los tachones que ayudan a no repetir errores.



Seamos consecuentes.



            Disfrutemos de su compañía como son, sin querer cambiarlos, sabiendo que es un derecho que les da la edad. Cuidémoslos sin querer cobrarles con un reproche por hacerlo, evitando así generales un sentimiento de culpabilidad.



            Seamos buenos, porque lo que hacemos-somos y la vida es un boomerang.