Desierto:
Árido y solitario. Un cactus. Puesta de
sol. Una serpiente. Un camello. Un tuareg. Cielo muy azul.
Cubo:
Cristal de colores.
Muy grande. Flotando en el aire y
girando.
Escalera:
Madera.
Muy alta. Pasamanos muy repujado. Nada
al final.
Caballo:
Mi
pasión. Yo me convertiría en caballo.
Símbolo de libertad. Negro. Majestuoso.
Tormenta:
No me
gustan. Oscuridad. Miedo. Rayos,
truenos y relámpagos. Fuego. Viento.
Flores:
Jardín con muchas flores. Pájaros. Una niña corriendo. Un camino del que no se ve el final.
"La
suerte está echada"
Un poco mareadas por este cóctel al que la
vida invita, hemos quedado mudas y con gestos, contamos nuestra historia.
Pedimos (hoy casi suplicamos) que nos dejen las riendas, para rogar al final
que no nos hagan caso. ¡Si pudiéramos dar, ofrecer, como una vez leímos en
Darío!:
"Yo doy mi pan a los
amigos. Luego vuelvo la mano vacía hacia mi propia alma, ocultando la pena de
tu ausencia".
La pasión ilumina. Hay vida al otro lado.
Pronto llegará una carta confirmando todo lo que nos deben. Es sencillo recibir
el tesoro. Con poner el remite caerá del espejo ese tupido velo que oculta
nuestra imagen.
Estamos esperamos
con los brazos abiertos.
***
Calle San
Vicente de Paúl, 28
50001 Zaragoza
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