La fuerza vital del avión.
Te contaré otro de mis sueños (oníricos). Me encuentro subida en un avión con mi hija de tan solo unos pocos años, en pleno vuelo. Me dirijo a la puerta porque es el momento de bajar (con ella también). Me doy cuenta del peligro pero tengo que hacerlo.
No se trataba de un suicidio sino de todo lo contrario. “No perder tierra”, es decir, contacto con la realidad.
Me encantaría tener más tiempo para leer todo lo que
quisiera pero no me quejo. Leo a los amigos.
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