domingo, 20 de septiembre de 2020

EL JARDIN - Relato de Loli Ortiz



EL JARDIN



(Foto: Manuel Muñoz Farriols)



Era un jardín inmenso. El césped esponjoso y suave cubría la tierra… en él las flores de todas las clases y colores crecían y se multiplicaban; sentían y luchaban por la vida. El astro sol las miraba, sonreía y desparramaba su luz y su calor sobre ellas.

El vergel era todo vida… pero ahí, a un lado, entre otras flores, desapercibida, invadida y aturdida por la actividad que le rodeaba, crecía una flor ¿Cuál? No importa, una flor simplemente.

Una noche, como un milagro, surgió a su lado otra flor que quiso ser su amiga y la invitó a crecer juntas.

Crecían, los días pasaban y fortaleciéndose se enfrentaban a la fuerte lluvia y viento que a veces parecía querer arrancarlas de la tierra. Cuando he aquí que una noche en la que todo era calma y el aroma del vergel embriagaba, sus pétalos se rozaron, temblaron amorosamente y la savia en el interior de sus tallos comenzó a palpitar a un nuevo ritmo. Sintieron que se amaban y se amaron intensamente. Se olvidaron del jardín y viajaron juntas a espacios infinitos en brazos de ese amor que les envolvía, surgiendo de lo más profundo de su ser. Nada importaba, sólo ellas existían, sus tallos se unieron y sus corolas entremezclaron sus pétalos en la culminación de su amor, su entrega mutua, desinteresada.

Todo era hermoso, resplandecían e irradiaban luz y calor.

El jardín dormía, las estrellas pestañeaban tímidas ante tal maravilla.

La niebla comenzó a cubrir el jardín dándoles más intimidad.


Era una noche de enero del año 1978.


Loli  



(Foto: Manuel Muñoz Farriols)





2 comentarios:

Anónimo dijo...



Gracias María, la próxima vez lo haré mejor.

Un besico

María dijo...


Las buenas sinfonías consiguen eso, ascender en la emoción.

Un fuerte abrazo, amiga.