miércoles, 10 de julio de 2019

SOBRE DALÍ




Carta a una amiga el 10 de marzo de 2004



A mi madre le gustaron y los colocó en la pared a modo de cuadros. Eran un par de reproducciones de Dalí: los famosos relojes y esa “cómoda” señora llena de cajoncitos.

Hasta que no pasaron unos cuantos días no averigüé qué me inquietaba al entrar en el comedor. Entonces le supliqué a Julia que quitase de allí aquellas imágenes que se me antojaban de pesadilla.

Veo en Dalí a un buen dibujante... sin misterio.

Hay diferencia entre fantasía e imaginación. La fantasía infantiliza la realidad. La imaginación descubre todas sus dimensiones.

Que nos emocione el elegante vuelo de los pájaros es natural, pero sería ridículo pretender hacerlo como ellos. No es lo mismo volar para escapar, que elevarse. El pensamiento, la idea, la conciencia es el territorio del ser humano, su vehículo natural.

Interpretar un sueño es una cosa y otra bien distinta dibujar o contar sus imágenes. Comer insectos puede ser repulsivo si se entiende literalmente o interesante si se traduce como una digestión psíquica.

Dalí significa para mi la fantasía que sustituye la falta de imaginación.

Pero esto no deja de ser una opinión y cada espectador puede percibir distintos aspectos que son igualmente válidos. Lo importante es que la vida nos provoque y seamos capaces de aceptar esos retos.

¡Qué te voy a decir a ti!
Un abrazo triple


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida María;
Comer insectos, literalmente, no tiene porqué ser repulsivo siempre.
Depende de lo bien que estén cocinados y del hambre del comensal. Eso creo yo aunque no los he probado, todavía.
Abrazos Marisa

María dijo...


Tienes razón. Nosotros comemos caracoles y hay a quien le resulta repulsivo. Todo depende.
En realidad me refiero a ese sentido "no literal" de insectos.
Gracias por estar ahí.
Un abrazo
María