Siempre estaré
eternamente agradecida a tantos hombres y mujeres que plantaron esas ideas de
justicia social y por eso crecieron los derechos humanos.
Si no hubiera una plaga impidiéndolo, todo el mundo podría recoger su cosecha.
Hay que tener valor para dar plantón al dinero que solo tiene precio.
Es complejo, pero sencillo.
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