martes, 2 de diciembre de 2025

CARTAS EN EL 2015




Querida amiga: Imagino que estáis viviendo una situación muy compleja y habrá momentos dolorosos difíciles de encajar, pero merecen la pena por la calidad de todos vosotros.

A veces he pensado que una parte importante de estos conflictos se encuentra en la organización social que considera célula de la sociedad a la familia y no al individuo. Afortunadamente esto está cambiando y ese cambio, paradójicamente, provoca sacar a la luz lo que antes se amordazaba por el qué dirán, la incultura y la falta de comunicación con otras formas de vida.

¿Cómo nos vemos? En el espejo de los demás. ¿Qué nos hace felices? Vernos completos.

Amar nos ofrece un viaje irrenunciable: emigrar al corazón del otro y desde esa distancia, (aquella de la que habla Rilke) podemos reconocernos.

¿Por qué ese viaje es inevitablemente doloroso para los demás?

Seguramente porque al dejar de ser un punto de referencia para ellos, dejan de verse en quien se ha ido y esto da miedo. El dolor puede ser un sucedáneo mucho más llevadero que el pánico y nuestra naturaleza reacciona con ese sentimiento de protección. Es fácil ponerse en el lugar del otro y ver que su reacción no es muy distinta de la que nosotros tendríamos si fueran ellos quienes se movieran.

La cuestión estaría en superar la respuesta a ese reto vital.

Cuando aparece un sentimiento de esa naturaleza la respuesta estándar ha sido cortar. Cortar con uno o con otro y no siempre es acertada esta solución. Se trataría de ampliar nuestro espacio interior, conocer más “yo” para ofrecer al otro más comprensión, independientemente del lugar que ocupase en el guion.

Pero esto, que es fácil de resumir, es problemática su puesta en práctica, ya que la vida es paradójica y no hay redes que nos paren los golpes. La luz que puede iluminarme es la que me está complicando o la respuesta viene de aquella parte oscura que verá la luz cuando deje de serlo.

De cualquier manera, felicidades, querida amiga por estar enamorada. Significa que una parte de ti va a nacer de nuevo y esos frutos nos alimentan a todos.
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lunes, 1 de diciembre de 2025

TANGO ZARAGOZA,,, MEJORES ABRAZOS... EL GARAGE, primavera 2015


RECORDANDO NUESTRO VIAJE A BUENOS AIRES EN DICIEMBRE DEL 2000

 




 

Zaragoza nos despidió compartiendo con nosotras la interrogante de un viaje inesperado. 

Aprovechamos los "pasillos" del tiempo entre vuelos para ver a la familia, y conocer algún aeropuerto, "aeroparque", como dirían ellos. 

Pasadas 26 horas desde que salimos de casa, la entrada en Buenos Aires no pudo ser mejor. Silvia nos recibió con la hospitalidad del propio nombre, preludio de una acogida intemporal. 

Desde su coche los primeros contrastes. Atravesamos un barrio lleno de sueños pendientes y alguna pesadilla, pero el final del camino, como la misma vida, terminaba en el paraíso. Una casa (que sería la nuestra durante esos días) rodeada de naturaleza verde, árboles, jardines, pájaros y algún habitante más que luego nos visitaría., modificó la primera impresión de inquietud. Pero quedarle solas en un espacio tan abierto nos preocupaba un poco. 

Silvia nos dejó instalándonos, pero poco duró este abandono, menos que la cortina entre dos tangos. Enseguida volvió acompañada. Este intervalo parecía hecho a propósito para subrayar la llegada de Juan, el alma de una casa que hasta entonces había estado vacía. Juan nos guardaría día y noche, añadiendo a su seguridad un ritmo en nuestro descontrol horario. El café del desayuno y el de regreso (no importaba la hora que marcase el reloj) mantenía el latido cotidiano que tiene el hogar. 

El recibimiento lo enriqueció Teresa con unas exquisitas empanadas que renovaron nuestras energías y cuya receta no llegamos a conocer. 

¡Qué decir de Zaida!, la pequeña hija de Silvia. Tan pocos años para tanta madurez. 

Nos volvieron a dejaron solas un ratito. Digo bien solas, la soledad precisa un paisaje especial y estaba perfectamente protegida nuestra intimidad por ese excelente guardián que compartió nuestro viaje. 

El Club de Leones y el Rotary Club tuvieron la cálida idea de invitarnos a una reunión de "familia" y a la cena posterior cocinada por las "chicas". Una placa conmemorativa deja constancia de su amabilidad con nosotras, además de un "corazoncito" (un símbolo del Club) que nos hizo latir con ellos. 

Terminado el encuentro fuimos a perdernos por Buenos Aires. Exactamente perdernos. A pesar de que no bailamos esa noche, fueron tres horas de paseo con encanto: San Telmo, Piedras, Corrientes, La Ideal-no vista, Casa Rosada… Café Tortoni-no visto... 

El regreso a casa. La sorpresa de volver escoltadas por una patrulla de la policía nos hizo comprobar que las advertencias de prevención "exageradas" en su momento, se quedaban chicas comparadas con la inseguridad equivalente a la protección recibida. 

Silvia tenía compromisos al día siguiente. Decidimos hacer el viaje solas. Remis, tren, autobús, en total dos horas y media para recorrer los 35 km que nos separaba de Buenos Aires. Flora nos esperaba en su casa para comer. Después nos llevaría a la milonga Sin Rumbo, un lugar amplio donde bailamos los primeros tangos con acento (aunque hay quien pronuncia muy bien en Zaragoza, Córdoba, Granada, Madrid...)

 

(continuará)

 

 

            Espero haberos hecho sonreír un rato.