Una exposición que no se olvida.
Voltea la imágen y aparece un diábolo. Imagina el hilo que le hace girar.
Mira esa gota que sale al encuentro de la que cae. Observa esos dos puntos que esperan oir lo tuyo (también lo mío y lo de todo el mundo).
Gota a gota fue una exposición con espacio y llena de luz, como dicen esos cuencos respirando vitalidad.
Que cada uno pueda aportar lo suyo dice bien de quien propone compartir su idea a través de esa materia original que nos une: El barro.
Gracias, Juan Antonio Jiménez, por tu generosidad.
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