martes, 30 de septiembre de 2025

1.- JOVEN ORQUESTA NACIONAL.-13



(Dibujo de Anita Brus)



Enero 2002


Suena la joven Orquesta Nacional.


En la última fila fagotes, trombos y trompetas esperan el momento para subrayar el ascenso conseguido. La percusión interviene reconduciendo la melodía que por un momento parecía querer volar. El latido de un poderoso corazón devuelve la pasión a su cauce y da comienzo otra frase.

Pero yo no estoy fina.

El volumen se me hace insoportable porque algo ha ocurrido. Una de estas primeras notas tropezó en el estribo de mi oído que a su vez golpeó al martillo. Éste explicitó una sonora protesta por considerarse el único con capacidad de golpear, para lo cual derribó a un asustadizo yunque que cayó por el caracol y ya no hubo escalera capaz de rescatarle.
En esas condiciones acústicas no podía unirme a la opinión general que expresaba alegría porque esa joven orquesta hubiese dejado de ser una promesa. Si ellos habían conseguido lo que prometieron, a mí ¿qué me pasaba?

Interpretaron a Ravel en la segunda parte.

No era un buen apoyo (en mi caso) para reflexionar, por muy cerca que estuviera este compositor de los meditativos. Pero no quise dar la nota y aproveche el comienzo de aquel, casi imperceptible, temblor de los palillos para intentar localizar, como un zahorí, el origen de tamaño desajuste.

En tono tranquilo, desarrolló la frase un instrumento de viento

Una de las valiosas aportaciones que hace Matilde Ras al mundo grafológico es incorporar al pensamiento interpretativo el símbolo del aire. (Respiran los óvalos abiertos mostrando confianza en sí mismos).

Yo estaba cerrada

Seguía el concierto. Una vez más, escuchamos ese corto y reiterativo pasaje musical, reforzado, esta vez, por las cuerdas que parecían decirme: "el mal genio aparece como un dique en tu puerta". Y yo, como defensa, me distraía.
La orquesta subía, poco a poco, el tono. La partitura no era tal, sino un mensaje monocorde que no dejaba escapar a nadie de su disciplina. Todos tenían que decir lo mismo aumentando proporcionalmente el volumen.
Cuando los de la percusión se resarcieron, haciéndome oír en unos pocos, pero fortísimos compases, todo lo que no habían hablado hasta entonces, creí no poder contenerme.

Fue un esfuerzo no chillar ¡basta! ¡no puedo más!

Pero ese esfuerzo abrió una puerta. Salió, como alma que lleva el diablo, un no sé qué, y pude escuchar el agradecimiento general a nuestra joven orquesta. Las manos revoloteaban y no sabría decir si el aire fresco que se respiraba salía de aquel palmoteo o de las abiertas sonrisas que manifestaban su aprobación por ese sobresaliente concierto.
Ellos tenían razón.

Desde hoy escucharé a Ravel con otros ojos.

*


How I saw that concert


The young national orchestra sounds.

At the last row bassoons, trombones and trumpets wait for the moment to underline the achieved rise. Percussion takes part taking back the melody that, for a moment, seemed as if it wanted to fly. The beating of a powerful heart gets passion back to normal and begins another phrasing.

But I´m not acute.
Volume is unbearable for me because something´s happened. One of these notes tripped on my ear´s spur that, in turn, hit the hammer, this one asserted a stringent protest for considering itself the only one able to hit, and therefore it knocked down an easily frightened anvil that fell through the cochlea and there wasn´t a ladder able to rescue it any more.
In those acoustic conditions, I couldn´t join the general opinion expressing joy because that young orchestra had stopped being a promise. If they had got what they promised, what happened to me?.
They played Ravel in the second part.
It wasn´t a good support (in my case) to reflect on, even though this composer was close to the interveners. But I didn´t want to give the keynote and took advantage of that nearly imperceptible trembling of the drumsticks to try to locate, like a water diviner, the origin of such an imbalance.
In a quiet tune, a wind instrument developed the phrasing.
One of the valuable Matilde Ras´contributions to graphological world is incorporating the air symbol into the interpretative thought. (The open ovals breath showing self-confidence).
I was closed.
I followed the concert, once more, we listened to that short and reiterative musical passage, reinforced, this time, by string that seemed as if they wanted to tell me: “bad temper appears like a dyke at your door”. And I, as a defence, kept myself entertained.
The orchestra grew louder little by little. The score wasn´t anything of the sort, but a single-stringed message that didn´t let anybody escape from its discipline. Everybody had to say the same, turning volume up proportionally.
When those in the last row made up for it, making me hear in just a little, but absolutely strong time, all they hadn´t told till then, I thought I wasn´t able to restrained myself. It was an effort not to shout: stop! I can´t go on!.
But that effort opened a door. It went out, like a bat out of hell, a certain something, but that let me listen to the general gratitude to our young orchestra, hands fluttered and I couldn´t say if the fresh air I breathed came out of that clapping or of the open smiles that showed its approval to that outstanding concert.
They were right. It´s up to the truth to find its place.

From now on, I´ll listen to Ravel in a different way.
            María.
(Traducción María Rubio)



lunes, 29 de septiembre de 2025

2.- CÓMO VÍ AQUEL CONCIERTO-3

3 febrero 2002


 







Orquesta de Cámara "Virtuosi Pragenses"


Purcell, a través de la viola, recordaba el hogar y suspiraba por la seguridad de lo materno, mientras el resto de instrumentos advertían del peligro que suponía esta vuelta atrás.

Desde las primeras notas supe que este concierto iba a gustarme. El elegante negro de la orquesta subrayaba la variada gama de colores que animaba el patio de butacas.

Es fácil dar el tono, la señal de lo que lleva mucho tiempo ensayándose, pero es un milagro que callen los problemas, el estrés, la angustia al mismo tiempo… y se callaban. La empatía incluye una justa dosis de asombro, adivinada por la excelente disposición a escuchar.

El punto, aunque diga "seguido", anima al aplauso. El maestro de ceremonias ya advirtió que las pausas requieren silencio, una forma de escenificar la reflexión para que el autor se sienta acompañado en su relato musical, pero somos novatos y el silencio se nos hace todavía demasiado íntimo. Con un desconocido hablamos del tiempo. Aquí tosemos, como si afinásemos nosotros también esa añorada quietud de los sentidos.

Al principio hablé de peligro, pero allí todo estaba conjurado. Los aplausos hicieron volver a todos aquellos excelentes músicos que nos envolvieron, una vez más, en ese susurro de la felicidad que es la música.

How I watched that concert.
            Purcell, through life, remembered his home and longed for the confidence of motherly feeling, while the rest of instruments warned about the danger that this backward step meant.
            From the first notes I noticed that I was going to like this concert. The orchestra in elegant black emphasized the varied range of colours that brightened up the stalls.

            It´s easy to play in tune, the sign of what has been rehearsing for a long time; but it´s a miracle to make problems, stress, distress to get quiet at the same time … and they went. Empathy includes a right dose of astonishment, made out by the excellent willingness to listen.
            Although without a new paragraph, the stop encourages to applause. The master of ceremonies had warned the rest requests silence, a way of reproducing the reflection for the author to feel accompanied along his musical story, but we´re just beginners and the silence is still for us too innermost. We talk about weather with a stranger. Here, we cough as if we tuned that fine calm of senses as well.

            In the beginning I talked about danger, but there it all was warded off. Applause made all those excellent musicians, who covered us, once more, in that whisper of happiness music is, to come.
(Traducción María Rubio)





































domingo, 28 de septiembre de 2025

CARTAS A UNA AMIGA





Querida amiga: Imagino que estáis viviendo una situación muy compleja y habrá momentos dolorosos difíciles de encajar, pero merecen la pena por la calidad de todos vosotros.

A veces he pensado que una parte importante de estos conflictos se encuentra en la organización social que considera célula de la sociedad a la familia y no al individuo. Afortunadamente esto está cambiando y ese cambio, paradójicamente,  provoca sacar a la luz lo que antes se amordazaba por el qué dirán, la incultura y la falta de comunicación con otras formas de vida.

¿Cómo nos vemos? En el espejo de los demás. ¿Qué nos hace felices? Vernos completos.

Amar nos ofrece un viaje irrenunciable: emigrar al corazón del otro y desde esa distancia, (aquella de la que habla Rilke) podemos reconocernos.

¿Por qué ese viaje es inevitablemente doloroso para los demás?

 Seguramente porque al dejar de ser un punto de referencia para ellos, dejan de verse en quien se ha ido y esto da miedo. El dolor puede ser un sucedáneo mucho más llevadero que el pánico y nuestra naturaleza reacciona con ese sentimiento de protección. Es fácil ponerse en el lugar del otro y ver que su reacción no es muy distinta de la que nosotros tendríamos si fueran ellos quienes se movieran.

La cuestión estaría en superar la respuesta a ese reto vital.

Cuando aparece un sentimiento de esa naturaleza la respuesta estándar ha sido cortar. Cortar con uno o con otro y no siempre es acertada esta solución. Se trataría de ampliar nuestro espacio interior, conocer más “yo” para ofrecer al otro más comprensión, independientemente del lugar que ocupase en el guión.

Pero esto, que es fácil de resumir, es problemática su puesta en práctica, ya que la vida es paradójica y no hay redes que nos paren los golpes. La luz que puede iluminarme es la que me está complicando o la respuesta viene de aquella parte oscura que verá la luz cuando deje de serlo.

De cualquier manera, felicidades, por estar enamorada. Significa que una parte de ti va a nacer de nuevo y esos frutos nos alimentan a todos.


Me encantará tomar un café contigo. Mientras, un fuerte, fuerte abrazo.

sábado, 27 de septiembre de 2025

jueves, 25 de septiembre de 2025

3- UNA ORQUESTA NOVATA



Un paseo por el Ebro - Zaragoza




La percusión se impuso con un protagonismo que no le correspondía.

Debido a la descarada rotundidad con la que intervenían platillos, bombos y castañuelas, los demás instrumentos parecían avergonzados.

Los violines se vieron afectados por este ambiente y bajaron el tono. El saxo entró desafinando. Las cuerdas pasaron el testigo al piano que también falló. Su ejecutante pulsaba las teclas con una vanidad a la que no estaban acostumbradas y la música salía envuelta en un rumor desagradable.

Por fin el oboe. 

Fue una intervención pequeña, pero suficiente para animar. ¡Así, así! decían con su silencio los animosos espectadores intentando profundizar con él en la partitura. 

Pero quien dirigía no era el público, sino aquel señor situado en dirección contraria a la orquesta y en su batuta faltaba la altura que da la pasión.

Faltaba y la encontramos en el patio de butacas.

Aplaudimos a todos aquellos jóvenes (director incluido), por haberlo intentado. No estaban obligados a más. Sustituyeron a quien falló y agradecimos que no nos dejasen sin concierto.

Hicieron un bis.



***

martes, 23 de septiembre de 2025

4.- CONCIERTO EN SÍ



Concierto en sí sostenido (y contenido).

Suena la trompeta y a pié, descubre un terreno sin explorar. Se diría que dice:

"Cada día trae su afán".

El piano acepta ese reto y eleva la realidad hasta el punto más alto.
Para evitar cualquier abduccionismo, todos deberemos formar parte de la orquesta y darle así la réplica.

Como Emerson, diremos:
"Cada día, es el mejor del año".

El violín susurra, cuenta, provoca, recorre todo el espacio dibujado por el piano y la trompeta.
Se le oye cantar

"Cada día trae su cariño, también para ti"





***

lunes, 22 de septiembre de 2025

¿QUIEN ES EL ENEMIGO?

 




 El mayor enemigo que tenemos somos nosotros mismos. 

         Podría relatarse la batalla de esta manera: 

         Luchamos por no perder territorio y nos atrincheramos para impedir que pase el enemigo. Como llamamos enemigo a lo desconocido y lo que conocemos inicialmente tuvo ese apellido, solo habrá una manera de ganar la paz: 

No haciendo la guerra. 

         Este armisticio permitirá que la vida entre plena en nosotros. 

         Pero quitar fronteras supone ampliar el espacio y lo ya conocido quiere quedarse en propiedad. La pasión llegará, como un notario, ordenando al dragón que desaloje. Hay sitio para todos (dirá ese elegante caballero) y ofrecerá una percha al monstruo donde colgar su fiereza y un asiento en su mesa para que nunca más se vea desplazado. Después de la comida, (¿el postre?) se nos dará una pista.  Oiremos una voz que nos pide:

¡Cuéntamelo otra vez!´





domingo, 21 de septiembre de 2025

7.- LA MEMORIA




La Memoria

Allí estaba, sentado en dirección a la puerta. Por eso pude verlo bien cuando subí al autobús.
Al otro lado, en dirección contraria, ocupe un asiento y seguí con detalle todos sus movimientos. Iba hablando solo, con aquella forma peculiar de ensimismamiento que usan los que no tienen interlocutor.
De repente, cambió el tono monocorde por un recuerdo, al parecer, doloroso: “Te escribí varias cartas”… (se decía). “…siempre me las devolviste”… (se apenaba), y tras esa lucidez volvía al estado anterior, como si esta secuencia (repetida varias veces) fuera la partitura de su vida.
El vehículo paró y subieron varias personas. En la rapidez que requieren estas maniobras una chica tropezó con el pie de nuestro juglar. Ella le pidió inmediatamente perdón, pero aquel hombre no aceptó sus excusas. “Hay que mirar bien donde se pisa” dijo en tono quejumbroso, “no basta con pedir perdón…” La causante de este “atropello” quería hacerle entender que el pisotón no había sido intencionado, pero todas las explicaciones fueron inútiles. Su recriminación consiguió angustiar a la mujer y le hice un gesto para rebajar su sentimiento de culpa: “no se lo tenga en cuenta, no está bien”. Ella asintió y él siguió empeñado en su queja.
Durante todo el día me acompañó esa escena. ¿Qué dirían aquellas cartas? ¿A quién iban dirigidas? ¿Acaso imploraban un perdón? No tenía datos y eso impedía construir cualquier guión, pero era una buena excusa para recordar que solo puede perdonar quien lo ha hecho consigo mismo.

Recordé a mi padre. El destino, sin sentido aparente, le rompió la memoria y la información quedó tan huérfana como aquel ser humano solo en el autobús o mi madre durante tantos años.

Solo se me ocurrió decir, “tranquilos, yo me acuerdo por los tres”.

***
(Traducción María Rubio)

sábado, 20 de septiembre de 2025

viernes, 19 de septiembre de 2025

SÍ, ¡OJALÁ!

(Zaragoza)



Los edificios, como las convicciones, si no son sólidos se derrumban.

Sólido viene de suelo, tierra. Alto supone tener los pies en ella. Estar en contacto: escuchar. Empatía: ponerse en el lugar del otro.

Humanidad, compañerismo, bondad, falta de divismo, deportividad.

La clave está en la autoestima (que no se compra con dinero).



***/***

jueves, 18 de septiembre de 2025

CARTA CON FRANCISCO CARRASQUER EN EL 2008

 





Zaragoza 7 de mayo 2008

 

Querido Francisco. Me gusta reflexionar con los amigos. 

La edad, cumplir años, no me ha incomodado nunca. La madurez se acomoda en el tiempo y le imprime ritmo. Caminar se llena de alegría y el paso militar necesario en un primer momento, se convierte en danza. Evaporado el miedo ya no es su batuta quien domina, sino un pentagrama de latidos que reproduce la partitura vital en la que todos los seres humanos, todos, creamos la banda sonora de esta película que es la vida. ¿Espectador? El destino que enmudece y aplaude eternamente. 

            Pero no todo el mundo lo vive así, y hay razones para ello. 

            Hay muchos niños que no pueden serlo.  

 Ramón tenía mal genio. Era el abuelo de Guille, el hijo de unos íntimos amigos. En el año 1998 le escribí esta carta. 

“Érase una vez, mi querido Guille, un niño al que le crecieron los años. (Sólo los años).

          Ocurrió así porque le obligaron (diremos las circunstancias) a vivir las penas de sus mayores. Ocuparse de duros trabajos y obligaciones impropias de su edad, que no le permitieron jugar. Jugar en el más amplio sentido de la palabra.

          El juego es el mundo en el que el niño crece, activa todas sus potencias vitales y se desarrolla armoniosamente. Pero si no lo hace, lo único que avanza y se amontona es el tiempo.

          Eso le pasó a este niño.

          Los días se fueron acumulando y en un abrir y cerrar de ojos, como si fuera una broma del destino, se encontró con casi noventa años.

          Veía a su alrededor niños como él, pero guapos, vitales y, sobre todo, jóvenes. Y él no se reconocía en aquella fea imagen que le devolvían los espejos. Esta situación le irritaba y, peor aún, le daba miedo.

          ¿Alguien entendía su enfado?   No.

Los demás interpretaban que era insolente, impertinente, caduco, que ya no quería participar en el emocionante juego de la vida y le dejaban solo.

 Es ésta una difícil situación, y voy a dejar que el final lo cuentes tú. (También puedes ponerle nombre a ese niño).

Seguro que éste no es el último cuento que escribamos a medias.  Un especial abrazo”.

 

                                                           Gracias, Francisco, por este café y otro abrazo

 







miércoles, 17 de septiembre de 2025

NARCISO






Cuando te conocí me dijiste: 
“Todo está en su sitio”.

 Respondí:
“todo está en su sitio, menos yo”.

Tu compañía provocó mi asombro por la vida y encontré mi lugar.
Te estaré eternamente agradecida.


Darío por María Pilar Burges





¿Por qué no soy yo dios? te preguntabas.

Si lo fueras, dios hubiera tenido que ocupar tu lugar... (deduje)





***

martes, 16 de septiembre de 2025

UN BENDITO CUADRO

Autor - José Cajal

No sé por dónde empezar. Son tantos los hilos que se mueven, tan cariñosos los paisajes que sugiere esta obra, que no sé por dónde empezar.

El conjunto es sencillo. Unas vasijas, cuatro frutos, varios azulejos y un trozo de madera.

La distribución de estas imágenes es armónica. El tema central se expresa con tanta vitalidad que reparte el protagonismo a todo el conjunto y podría decirse lo mismo de todos los elementos (incluido el marco). Ninguno se cierra en sí mismo y habla con orgullo de los otros. Se respira paz.

Podría ser una pequeña tinaja o una jarra. Quizás un jarrón. Termina siendo todo a la vez.

Tiene personalidad y un pequeño defecto en la base. Lo disimula ese cuenco a su lado que contiene un fruto inmaduro. Las tiernas hojas que lo acompañan denuncian su prematura separación del árbol. Encuentra su equilibro en la hospitalidad recibida. Se repite la escena en el otro extremo con las dos castañas que relatan lo mismo. Sólo la del centro es un fruto maduro y por ello sabe decir: “yo también tengo mi sombra” y pasa el testigo a la repisa. Está construida con una madera sencilla, reparada y con cicatrices. “Soy fuerte”, nos dice, “pero hace falta más vigor para jugar la partida que sugieren los azulejos donde estoy apoyada”.

Y jugamos.

Buscamos al autor. Cuando empezó a mover ficha no había luz y era difícil encontrar las riendas. La imaginación es hospitalaria y para no dejar de serlo llamó a la realidad. Ya no importa que en algún momento asustase la oscuridad y se creyese en centauros. Pertenece al pasado aquel miedo a reconocer como suyo su origen. Lo fundamental es que llegó el presente con toda su alegría.

Buscamos al autor para aplaudirle.

Mirad su firma. Es una sinfonía.



No se esconde, subraya su obra. La reconoce suya y al hacerlo se abraza él mismo sin poder evitarlo. A través de esos dibujados ojos se le ve sonreír.

Sonríe como yo cada vez que miro este bendito cuadro. Bendito por salud, por canto a la vida, a la suya, la del autor. Bendito por darle jaque mate a la desesperanza.

Aplaudo.

Uno más… por favor…

lunes, 15 de septiembre de 2025

14.- EN EL AUTOBÚS


Septiembre 2005






Una Niña


Estaban sentados cerca de mí y me llamó la atención su hablar preciso, con un tono propio de su edad, no más de cuatro años.
Jugaba con él y le ganaba en la carrera de romper burbujas de aire, esas que protegen cualquier cosa que se deje envolver.
Me sorprendió oírle decir:
"Papá, yo no quiero ir al cielo,
porque allí no veré a mis amigos, ni a ti, ni a mamá"
Él supo salir airoso y contestó:
"En esa altura se ve todo,
incluso puedes volar como los pájaros".
Ella crecía en entusiasmo y con una convicción que provocaba celos divinos exclamo:

"¡Es que dios es el mejor!".
Su padre siguió el juego:

"Es tan bueno que nos pone un ángel de la guarda para cuidarnos"
y le puso ejemplos de peligros pasados en los que ella se hizo menos daño por estar protegida.
¡Era eso! (susurró), y rápida, como si tuviera alas, recordó el día que le pisó y no hubo ninguna herida, a pesar de que el dedo más pequeño de su pie había quedado debajo de su zapato-apisonadora.

¡Qué chuli es tener ángel de la guarda! exclamó alborozada. 
(No vi la expresión de su padre, pero seguro que sonreía.)
Cuando pensaba que esta animada conversación ya había terminado, ella nos sorprendió a los dos:
"Papá ¿quién es el ángel de la guarda de Dios?" 
No hubo duda en la respuesta. Casi susurrando le dijo:

"Tú, hija mía, tú eres ese ángel". 
Bajé del autobús. La mañana era cálida y había un extraño silencio. Era cierto ¿dónde iba a estar dios mejor guardado que en aquella bondadosa pregunta? Dicho lo cual no di el juego por terminado.
 
¿Quién preguntará por ella para que ese dios pueda volver a ocuparse de la responsabilidad que le corresponde?
*




A Little girl
They were seated near me and her precise way of talking attracted my attention, with a tune typical of her age, no more than four years old.
She played with him and won the race, breaking air bubbles, (those that protect anything prone to be wrapped).
I was surprised when I heard her say:
            “Daddy, I don´t want to go to heaven because, there, I won´t see my friends, or you, or mum”.
He knew how to come through unscathed and answered:
            “From above you can see everything, you can ever fly like a bird”.
She got more and more enthusiastic and, with a conviction that made heaven jealous, she exclaimed:
“God is the best!”.
Her father played along with her:
He´s so good to put a guardian angel to take care of each one of us”.
And he put examples of past danger, when she damaged less for being protected.
That was it!, (she whispered), and fast, as if she had wings, she remembered that day, when he stepped on her and there was no injury, despite her smallest foot toe had been under his steamroller-shoe.
“ How cute is having a guardian angel!”.
She exclaimed, full with joy.
(I didn´t see her father´s expression, but I´m sure he was smiling).
When I thought this lively conversation was over, she surprised all of us:
            “Daddy, who is God´s guardian angel?”
There was no doubt in the answer: fast whispering, he told her:
“You, my daughter, you are that angel”.
I got out of the bus. The morning was warm and there was a strange silence. It was true, where was God going to be better than in that good-natured question?.
Said it all, I didn´t think the game was over.
Who will ask God to be able to deal with the responsibility that falls to him again, for her?.
 
(Traducción: María Rubio)
 

 

domingo, 14 de septiembre de 2025

6.- ELLA

Lunes, 23 de mayo 2011

Cayó golpeándose la nariz en las escaleras y acabó en el suelo. Le ayudamos a levantarse. Sangraba mucho y llamamos al 112.

A varias personas se les vio la intención de prestar ayuda, pero poco se podía hacer ante la próxima llegada de los servicios médicos y se fueron.

Mientras Eugenio estaba pendiente del servicio de urgencia, ella se quedó y entre las dos conseguimos que mantuviese la cabeza levantada. Poco a poco la hemorragia se detuvo. Descubrió sus pantalones manchados de sangre y escenificó un evidente gesto de fastidio: “Vaya, lo único que los demás veían limpio…”

Conseguimos sentarle. Habló con él con frases cortas y un tono cercano. Lo primero que hizo fue preguntarle cómo se llamaba y en todo momento se le dirigió por su nombre: Jesús. Le tocó la nariz de manera distinta a las circunstancias que le habían empujado al suelo. Se acercó a él, para saber quién era y le prestó una ayuda que se merecía porque seguramente no se merecía lo que le pasaba.

Enseguida llegaron dos policías y la ambulancia. Se aconsejó el ingreso. Su nariz estaba rota.

Un policía nos preguntó cómo se produjo la lesión. Si hubo alguna pelea. Respondimos que no. Lo que le hizo caer fue un tropiezo con el alcohol. Estaba muy bebido. La bronca debía ser interior.

Antes de que se lo llevaran, como pudo, nos dio las gracias a Eugenio y a mí. Ella se había ido. Tenía prisa y se marchó porque ya estaba todo controlado.

Teníais que haber visto la escena. Al principio estaba tan borracho que era imposible que sus piernas se enderezasen. Sentado, después de pronunciar su nombre a requerimiento de esta bondadosa mujer, fue serenándose poco a poco.

Fue toda una historia en secuencias cortas. Atendiendo su nariz para que dejase de sangrar. Lamentando ser un “gilipollas”. Acusando una incipiente alegría porque alguien se estuviera interesado por él. Encontrando la serenidad perdida al decir quien era. “Me llamo Jesús y …”.

La lotería tiene dos caras. Una absurda en la que aceptamos que “uno” se lleve lo que “pierden” todos.

Otra vital. Quien nace con el premio puesto debe saber que tiene que devolver a los demás la parte que les correspondería y que se les negó sin que dieran su consentimiento.

Amiga desconocida, tenemos una parte del agradecimiento de Jesús que te corresponde. Sería un premio poder devolvértelo.

***




(Traducción María Rubio)

sábado, 13 de septiembre de 2025

LIBROS


Lo sencillo no es simple, sino complejo.

Este precioso libro me emocionó.
____________________
Librería Cálamo
Plaza San Francisco, 4
Zaragoza








ECHANDO BALONES FUERA






Un producto que debería valer 10 y esté etiquetado como 2 como resultado de la explotación es una injusticia.

Nos quejamos, pero contribuimos a ese disparate como si estuviésemos obligados.

Pero yo no estoy obligada a comprarlo por 2.
O no lo compro o pago 10 y que el receptor haga lo que quiera.




viernes, 12 de septiembre de 2025

DIAGNÓSTICO VITAL


Murió Marta.

En el autobús escuché esta noticia a través de una conversación telefónica de quien decía estar “en estado de shock” por su inesperada desaparición. No esperaba un final tan precipitado en alguien cuya vida era sana hasta el límite, y quien así hablaba reflexionó en voz alta:
“Esto nos enseña que hay que ser buenos y disfrutar de lo que tenemos”.
Me emocionó ese diagnóstico tan vital.

Pensé en Marta y a modo de recuerdo le dije: “Qué santa (sana) amiga (has tenido) tienes”.


***

jueves, 11 de septiembre de 2025

CARTA CONTRA LA GUERRA






Vicente es un amigo que llega, (uno más), herido en esa difícil batalla que tiene lugar en el corazón humano. ¡Cómo recuerdo a Machado!

          Lo conocí en Granada, el segundo año que asistí al Festival de Tango. Me llamaron la atención él y, su compañera. Los dos rubios y guapos. Tardé en volverlos a ver. 

          Pasaron una crisis en su relación. Él rompió en una depresión y finalmente se separaron. En ese proceso apareció Elena. Después de tres años Elena se ha ido y Vicente está conmocionado por un insoportable sentimiento de fracaso personal. Pasa unos días con nosotros. Jesús lo acoge en su casa y Carmen hace de cicerone. Yo me uno cuando puedo.

          ¡Qué difícil es saber cómo actuar en estos casos! Se comete el error de tomar partido cuando lo que haría falta sería rebajar tensiones.

          En las guerras convencionales los países “amigos” se encargan de abastecer de armas suficientes a sus protegidos y consiguen (¿lo que realmente pretenden?) llenar sus arcas con el dinero de esta venta, y hacer más férrea la trinchera rompiendo puentes de comunicación.

          Cuando damos argumentos (armas) al amigo sobre aspectos negativos del otro para afianzarle en sus quejas, estamos haciendo un flaco favor a la amistad. Pero también lo es crear falsas expectativas si la separación es inevitable.

          Aceptar el dolor, vivirlo sin escapar, sin buscar aturdimientos que tienen el efecto de una bomba de racimo, es heroico.  Admitirnos, querernos a nosotros mismos en ese estado significa que al otro le guardas su lugar, le dejas un espacio al que siempre puede volver. Ese punto de generosidad es el único bálsamo para las heridas.

          Los amigos deberían reforzar la autoestima que se pierde en esa guerra y ser testigo de los valores de ambas partes.

                                
                                 Te lo diré en  mi catalán. Yo te estimo Vicente. Y a Elena.

                                                                                            María