Érase
una vez un DOS (1+1) que despreció a un UNO (+1+)
Ese UNO
(1+) se marchó muy triste.
Inmediatamente
el otro UNO (+1) se sintió mal y se fue
con él a consolarle.
Entonces
aquel DOS (1-1) se convirtió en un CERO (0) enorme y se echó a llorar desconsoladamente.
Los UNOS
(1 y 1) llegaron al acuerdo de que debemos perdonar los errores y ofrecieron al
CERO (0) que se uniera a ellos.
El CERO
(0) lo hizo después de reconocer que no debemos despreciar a nadie.
Desde
entonces el UNO (1) y el CERO (0) son números con una historia tan bonita que
en ese espacio cabe todo el mundo.
UNO (+1)
= DOS (+1) = TRES (+1) = CUATRO (+1) =
CINCO (+1) = SEIS (+1) = SIETE (+1) = OCHO (+1) = NUEVE (+1) =………
Cuando
llegan al límite el CERO (0) les acompaña y les enseña donde colocarse para
sumar y así nació el DIEZ (10)...
Érase una vez un UNO que quiso serlo con todas las consecuencias.
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