miércoles, 8 de mayo de 2019

ESPÍRITU DEPORTIVO




Asisto como espectadora privilegiada al VII Maratón de Zaragoza. Se me ocurre definir tres etapas distintas en este largo recorrido.

Primera.- Los preparativos para ser corredor de fondo. Las dudas, seguridades y vacilaciones, tal cual nos pasa cuando nacemos y estamos protegidos por aquellos que saben de qué va. Es interesante verse rodeado de la familia, los amigos, los lugares comunes. Tomar nota de aquellos que tienen más experiencia. Entrenarnos.

Segunda.- Un largo trecho lleno de razones para seguir adelante. No falta el avituallamiento y los ánimos de quienes son testigos en este reto compartido. Llegada al “Rubicón”.

Tercera.- La más difícil. Estamos solos y tenemos que decidir si seguir adelante sabiendo que al final quien decide de verdad es nuestra naturaleza y que en cualquier momento puede “desplomarnos”.

No estuve presencialmente en esta carrera. Lo hice a través de la crónica que un compañero tuvo la amabilidad de compartir conmigo. Recorrí todas las líneas como si yo también hubiese estado corriendo. Le agradecí a Ángel (en esos momentos “su ángel) que le acompañara solidariamente en esos difíciles momentos. Me emocionó pensar en la emoción de su mujer y su hijo y el orgullo que él experimentó por haber llegado primero a su cariño.

Merecieron la pena los madrugones, las dudas, los dolores… porque lo importante no es ganar sino participar.

¿Queremos ganar a toda costa o que gane el mejor?
Si gana el mejor nos representa a todos y todos ganamos con él.


La otra opción ya la conocemos y no merece estar en esta crónica.




2 comentarios:

Eugenio Climent dijo...

Me gusta especialmente esta frase:
"Si gana el mejor nos representa a todos y todos ganamos con él"
Esperemos que el ganador sea capaz de representar adecuadamente a todos.
Para los que no han ganado puede resultar duro reconocer que el ganador era mejor, pero tienen que aceptarlo.
Eugenio

María dijo...

En la vida, la competición es permanente. El auténtico campeón es aquél que es capaz de reconocerse tanto en la victoria como en la derrota.
Sentirse bien ganando es fácil. El mejor es capaz de demostrar que lo es en cualquier circunstancia.
Empatía, es la clave.

Un beso
María