Al principio, en sus primeros balbuceos, yo contaba sus gracias, pero este libro, “El Tango con Darío”, ya tiene la suficiente edad como para que hable solo. Leedlo (No se vende - Biblioteca de Aragón-Dr.Cerrada, 22) . Encontrareis, seguro, emociones que os pertenecen.
Me gustaría que me acompañaseis por sus alrededores y os propongo algo distinto. Entrar en ese aspecto que inquietó a Antonio García Olivares. "El Final".
Dice Antonio:
“La mayoría de los poemas de este libro son un tanto inquietantes, y yo creo que ello se debe a que conservan ese sentido multivalente (precisamente). Tomemos por ejemplo, el poema que cierra prácticamente el libro, el titulado "El Final". Y vamos a oír qué le dice la autora a su propio amor:
Le dice:
Ya llegan, mi cariño, los últimos compases
el final ... ese lecho.
Sé generoso, amor, y no me llames.
No te pierdas.
Silencio.
Yo al menos, no puedo evitar oír a la vez 4 cosas en este poema:
-En primer lugar, la despedida de un baile.
-En segundo lugar, el diálogo con la persona querida
-En tercer lugar, podemos interpretarlo como el diálogo con el propio amor de uno
-Pero también podemos ver en el poema a una persona despidiéndose de la vida (!). Esto es, la despedida final de una vida humana...
Por eso, no puedo evitar que me resulte inquietante, como muchos otros poemas de este libro. Porque lo que se dice en cada nivel está sirviendo de campo metafórico para los otros niveles. Creando así una profundidad que genera cierto vértigo. Un vértigo que caracteriza también a otros poemas de este libro.”
(Acualera de Blanca García)
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