jueves, 14 de marzo de 2019

EL TANGO CON DARÍO - Prologado por Rafael Flores








Todo niño, perdón, libro, necesita un padrino. En aquel momento no conocía a Rafael Flores personalmente, por eso mi agradecimiento es mayor. Le pedí que lo hiciera y tuvo la amabilidad de prologar mi proyecto.

Rafael Flores - 14 de marzo de 2000
El tango en el mundo ya ha trascendido aquel brochazo expresionista de su danza asombrándonos en inesperado local de una plaza de México... al que nos acercamos porque el imán de su música nos llamó. O, la sorpresa casi escandalosa vivida en la estación central de trenes en Zurich, donde unos tres mil quinientos suizos/as -con su alcalde- bailaron tango hasta las cinco de la mañana, el 3 de julio de 1999. Trasciende ahora el tango esos asombros porque cada vez es más de nadie... y por ello de todos. Empieza a ser de cada uno, cotidiano y fértil.
Llega casi constante el goteo de informaciones de que ciertos cantantes o cineastas incluyeron tangos en el repertorio de sus obras. A nuestro sentir, aparte de reconocer la importancia de que un artista de moda descubra las posibilidades expresivas y comerciales del tango, interesa que gente como María Bernad, en la ciudad de Zaragoza -como cualquier ciudad tan cerca y tan lejos de Buenos Aires- se encuentre consigo misma a través del tango. Su libro desde las primeras páginas, es una invitación a bailar sin rodeos, a sabiendas de que la danza es irreductible a otro lenguaje... cuando se danza con las palabras incluso. Declara vivir una profunda experiencia de su mismidad con el otro. Un devenir en sí misma cálida, abierta, siempre cariñosa pero nunca adormecida. Experiencia lúcida al fin, porque si no se tropieza cándidamente y el tango no fue inventado por cándidos. Era más bien gente pícara, mañosa en la creación, gente ejercitada en muchos juegos, a veces de doble registro, del vivir.
María Bernad resignifica los pasos de la danza, las figuras que una larga tradición colectiva por definición fue amasando en patios y pistas. Se la siente en la escritura tan voz de mujer ¿tan cavidad para el tango... y las palabras?, que no faltará quien advierta, como en sueños, que baila con ella cuando lee estas páginas.

27 de marzo de 2001
Ya tenemos libro, querido Rafael. Me decidí a publicarlo yo. Es una experiencia apasionante. Gracias por acompañarme en este trayecto.




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